Los hermanos de 'Luisín' cobraron 10 años la pensión tras ocultar su muerte

El 'hombre de Somiedo', el cadáver con graves deformidades hallado en enero de 2015 en una cuneta junto al mirador de los Rebecos, en pleno parque natural, ya tiene nombre. Un enigma que tardó una década en poder desvelarse y que se ha resuelto de forma casual. El 'hombre de Somiedo' es Luis, 'Luisín' para sus hermanos, los mismos que ahora están en el centro penitenciario de Asturias acusados de deshacerse de su cuerpo y cobrar su pensión mensual de 3.000 euros durante más de diez años.

El hombre, gijonés, nació con un parálisis cerebral por el que era completamente dependiente. Comía a través de una sonda, no caminaba, no hablaba y apenas se comunicaba. Tampoco veía ni oía y apenas salió varias veces en su vida de casa. Una existencia de confinamiento total.

Sus dos hermanos menores (hombre y mujer) se quedaron a su cuidado cuando sus padres murieron. En 2014, el Principado les entregó la custodia de 'Luisín', que por entonces tenía 55 años. Pocos meses después de que sus padres muriesen, también falleció él. Sus dos hermanos, que según su versión ahora lo habían dejado todo para volcarse en los cuidados de su hermano mayor, optaron, supuestamente, por deshacerse del cadáver. No tenían recursos para el sepelio, alegan.

Siguieron con su vida, cambiaron varias veces de domicilio después de vender la casa familiar y en la última etapa recalaron en un piso de la calle Alonso de Ojeda, en El Llano. Tampoco ellos se dejaban ver por el vecindario. Nunca dieron problemas. Vivían de forma discreta de puertas para adentro, sin querer levantar sospechas sobre el misterio que arrastraban.

Fue el juzgado de Primera Instancia 3 de Gijón el que hace años reclamó a los dos hermanos que llevasen a su hermano minusválido a realizar una nueva valoración a los forenses para evaluar el grado de dependencia. Sin embargo, nunca se llegaron a personar ante los forenses, un extremo que levantó las sospechas y que sirvió para seguir tirando del hilo de la macabra historia.

El pasado verano, la jueza ordenaba retirar la custodia a los dos hermanos y entregársela al Principado. Les ordenaban ingresar al hombre en una residencia. Nunca ocurrió. Las sospechas se seguían acrecentando y en octubre, se ordenaba la apertura de una investigación penal en la que intervino la fiscalía.

El juzgado de Instrucción 4 de Gijón se hizo cargo del procedimiento y se ordenó la búsqueda y personación de los dos hermanos para que desvelasen dónde estaba Luis. Cada vez se sentían más acorralados (pero seguían cobrando la pensión) y optaron por irse de Gijón. El miércoles fueron detenidos por la Ertzaintza, que los localizó en San Sebastián en un hospedaje. Fueron arrestados y trasladados ante la jueza Ana López Pandiella que instruye el caso.

Fue en su declaración cuando encajaron todas las piezas. La propia detenida confesó que su hermano «era el hombre de Somiedo que salió en EL COMERCIO». Se cruzaba así la investigación del juzgado con la iniciada hace diez años por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil y se ponía fin a la incógnita. Lo que sí se confirma, como abundaban los agentes, es que el hombre estuvo cuidado hasta el final de sus días en su entorno más cercano. Lo que había detrás era, supuestamente, una motivación económica, de lucro de la minusvalía de su hermano. Los dos detenidos, según su entorno, son personas que también presentan necesidades especiales y no están integrados en la sociedad. Desde el jueves están en prisión.

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