Los empresarios de la zona oriental registran las primeras cancelaciones

Entre la sorpresa y la indignación. Así recibían ayer los empresarios del sector turístico del oriente la decisión de Salud de decretar la alerta naranja en varios concejos de la comarca debido a la evolución de la pandemia. Sorpresa porque «nadie nos avisó de que se lo estuvieran planteando ni nos manifestaron preocupación por la gran afluencia de gente», indicó el presidente de la Asociación Llanisca de Restaurantes, Javier Garaña. E indignación por «la forma negativa en que se anunció» y por considerar que el decreto es «un brindis al sol», ya que «no conlleva medidas restrictivas concretas, no se está cambiando nada», coincidieron los presidentes de la Asociación de Empresarios de los Picos de Europa (Incatur) y Otea Llanes, Saúl Pascual y José Alberto Concha.

Para el responsable de la Asociación Cabraliega de Turismo, Sami W. Hammoudeh, decretar la alerta naranja un día después de publicitar una campaña para atraer turismo en temporada baja «no tiene ningún sentido». Sí parece que está teniendo consecuencias, pues según apuntó el empresario cabraliego, en su propio negocio ya registró «tres cancelaciones tras conocerse la noticia». «Esto nos puede hundir», advirtió. Y Concha se mostró de acuerdo. «Es un rejonazo de muerte a la temporada turística», aseveró, mientras Pascual reconocía que las previsiones de cara a septiembre no eran buenas. «Hay mucha incertidumbre y esto no ayuda», indicó. En este sentido, Garaña señaló que «si lo que les preocupaba era la afluencia, deberían haber tomado medidas antes, porque a partir de ahora es cuando ya baja todo». «O tienen una información que nosotros desconocemos, o no lo entendemos bien», agregó Concha.

Tampoco a nivel regional la medida fue bien recibida. «Supone poner en el foco de la polémica a unos destinos turísticos que son muy importantes para Asturias cuando no hay ninguna polémica», afeó el vicepresidente de Otea, Fernando Corral. Y añadió que «parece una advertencia a los turistas para que no vayan y hace un daño extraordinario al sector». Desde los Operadores Turísticos y Agencias de Viaje de Asturias (OTAVA), Íñigo Fernández reconocía que la situación «es preocupante» y advertía de que «depende de locales y de visitantes que sigamos así o tengamos un otoño nefasto que será la ruina para el sector turístico asturiano».

Precisamente, la primera 'víctima' de la declaración de la alerta naranja es la firma del convenio entre OTAVA, Arca y Campings de Asturias, que se iba a celebrar en Cangas de Onís y ahora busca otra ubicación.