Los errores en las oposiciones de Educación le cuestan el cargo a un director general
Miguel Sariego dimite, pese a que no ha sido él quien ha coordinado la parte final del proceso de selección
OLGA ESTEBAN
GIJÓN.
Jueves, 21 de julio 2022, 01:02
A punto de cumplir un año como consejera de Educación, Lydia Espina se enfrenta a la primera gran crisis de su gestión. Después de superar la peor ola de covid en las aulas asturianas, han sido las oposiciones de Primaria las que han provocado un auténtico caos. Tras varios errores desde que se convocara el proceso en octubre, el del pasado viernes fue la gota que colmó el vaso: se publicaron unos listados erróneos de aptos, ya que se había utilizado un baremo derogado. La consecuencias: opositores que por la mañana celebraban haber conseguido plaza se enfrentaban horas después a la incredulidad y la decepción de saber que no, que había sido un espejismo. Como si aquello no fuera bastante, el martes se publican las listas de Infantil, aún pendientes, y se vuelve a cometer exactamente el mismo error.
Sindicatos, partidos políticos y opositores exigieron, indignados, responsabilidades. Y estas fueron asumidas ayer. Tras las disculpas del propio presidente del Principado por la mañana, por la tarde se anunció la dimisión del director general de Personal Docente, Miguel Sariego, que según la información del Consejo de Gobierno «ha asumido los errores ocurridos durante el procedimiento selectivo al cuerpo de maestros, gestionado por un comité dependiente de su área». Sariego, dice el Gobierno, «ha presentado su renuncia al entender la frustración que se ha podido ocasionar entre el personal aspirante».
Lejos de calmar los ánimos, la noticia generó sorpresa. Principalmente por una cuestión: Sariego no ha estado el frente del proceso, al menos no en su parte final, responsabilidad que fue delegada hace unos meses en el director general de Formación Profesional, Javier Cueli, por presentar Sariego alguna incompatibilidad o conflicto de intereses. Es más, el propio Cueli, según explicó ayer CSIF, se había reunido ayer con un grupo de opositores afectados para pedirles disculpas y se había comprometido a gestionar un encuentro con la propia consejera. De ahí que los sindicatos no entendieran ayer la decisión, más allá de intuir que a Sariego «le ha tocado pagar los platos rotos de otros». La cuestión es, como dice la escueta nota del Principado, que el proceso es gestionado desde el área que él dirige. Y que el del listado de aptos ha sido solo el último (y más grave) de un cúmulo de errores.
Pero es que de hecho los sindicatos tampoco ponen el foco en Cueli, sino «más abajo, porque es evidente que ningún director general hace los cálculos del baremo». Se habla de falta de personal en el servicio responsable, además del fallo en la aplicación contratada a una empresa privada para hacer los cálculos.
Mientras, la Consejería de Educación solicitará a la Inspección General de Servicios un informe «con el objetivo de analizar lo sucedido y para detectar dónde han podido producirse fallos en el funcionamiento». La consejera agradeció la labor desarrollada por Miguel Sariego y destacó «su lealtad, generosidad y disposición».