Asturias «despliega los equipos» en la Feria de Muestras para captar profesionales sociosanitarios
La Federación Asturiana de Mayores del Principado reclama blindar las pensiones en la Constitución «y que desaparezca el término anciano»
La Consejería de Derechos Sociales y Bienestar está «desplegado los equipos» para captar a profesionales del sector sociosanitario. Para cubrir las plazas ya vacantes hoy, y que llegarán a 10.000 antes de 2030, en las profesionales dedicadas a los cuidados de larga duración. Tal y como adelantó EL COMERCIO, el Principado formará a los jóvenes de menos de 30 años y a los migrantes extracomunitarios que perciban ayudas sociales en la asistencia a mayores. Una formación que se realizará en salas que se habilitarán en las residencias y centros de día públicos de la región. Los que gestiona Establecimientos Residenciales para Ancianos, organismo dependiente de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar.
Fue precisamente su titular, Marta del Arco, la que encabezó el día de las personas mayores que, tradicionalmente, celebra la Feria Internacional de Muestras de Asturias (Fidma). Un día que ha dejado de llamarse 'de la tercera edad' para dar protagonismo a la Federación de Asociaciones de Mayores del Principado (FAMPA), la entidad que aglutina a 120 agrupaciones de toda la región y suma «un ejército de 65.000 personas», según aseguró su presidente, Cesáreo Marqués.
Ante un salón de actos abarrotado, Del Arco señaló la importancia «de visibilizar el papel de las familias, de los vínculos emocionales de la promoción de la autonomía». Recordó que en otoño el Principado presentará la Estrategia contra la Soledad no Deseada y destacó que el nuevo modelo de cuidados de larga duración pone «a la persona en el centro», por lo que se incentiva «que las personas vivan en sus hogares» o que reciban atención «en su entorno».
A ese respecto, durante su visita al estand de EL COMERCIO, explicó que, tal y como adelantó el decano de la prensa asturiana, su departamento trabaja en un convenio con el ERA y el Servicio de Empleo del Principado (Sepepa) «estamos desplegando los ocho equipos territoriales que tenemos para hacer una hoja de ruta». Se trata de analizar las necesidades de empleo que tiene el sector sociosanitario, sobre todo en el cuidado de las personas mayores o con dependencia y, paralelamente, radiografiar a los perceptores de ayudas sociales para ofrecerles formación para su reincorporación laboral.
«Es una medida muy interesante», aseguró Del Arco, a la vez que espera que «el 31 de diciembre lo tengamos todo claro, para empezar con ellos en 2026».
Un 'anciano' de 65 y un 'no mayor' de 82
Parte del trabajo ya está realizado, gracias al Laboratorio Cecoec, el Centro de Competencia para la Economía del Cuidado de Larga Duración y el Envejecimiento Activo, como recordó el presidente de la Fidma, Félix Baragaño. «Las cámaras venimos trabajando juntos a la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar en este proyecto apasionante» que tiene como objetivos «que los nuevos envejecimientos garanticen una vida plena a las personas que llegan a ese espacio vital». Es Cecoec clave, recordó Baragaño, «para promover modelos innovadores y de calidad en los cuidados de larga duración», además de «hacer una reevaluación de cómo se entiende la vejez y del papel que las personas que las personas tienen que jugar en la sociedad».
Un papel que reivindica claramente el presidente de la FAMPA. «Exigimos que se deje de utilizar la palabra anciano, somos personas mayores, o jubilados, porque las palabras importan». Reivindicó él, nuevamente, «que las pensiones se blinden en la Constitución», para garantizar «no solo que las sigan disfrutando quienes ya han llegado a la edad de jubilarse, como que las recibirán los que aún no lo han hecho».
Sobre la importancia de las palabras habló también la alcaldesa de Gijón. Ofreciendo «un faro de esperanza». Porque recordó que «cuando comencé en el Hospital de Cabueñes, a mis 25 años, estaban un día los cirujanos leyendo el periódico muy ofendidos por un titular que decía 'un anciano de 65 años». Años después, cuando volví al hospital tras haber sido alcaldesa, ingresó una persona. Al preguntarle al residente si era alguien mayor me respondió 'No, tiene 82 años«.