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El presidente del Principado, Adrián Barbón, durante un momento de su discurso inaugural de la 63º edición de la Fidma. :: DANIEL MORA

Barbón dará prioridad a un cambio de modelo energético

El presidente del Principado insta a los empresarios a «poner en el escaparate lo mejor de Asturias desde el optimismo y las ganas»

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Sábado, 3 de agosto 2019

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Dos administraciones -central y autonómica- del mismo signo político que evidenciaron su perfecta sintonía en los discursos de inauguración de la 63 edición de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (Fidma). No desaprovecharon el balón lanzado por los empresarios, con patada del presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, Félix Baragaño. Pases cortos, buena colocación de la pelota y remate. Si la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, fijaba la idea de una necesaria transición energética, el presidente del Principado ahondaba en el concepto repartiendo deberes a propios y ajenos: a su gobierno, a la patronal y a los que considera cómplices del bloqueo político. Pocos de los anteriores podrán aducir que el mensaje no iba dirigido a ellos vista la nutrida asistencia que se citó en el recinto Luis Adaro. Ni la abrumadora presencia de integrantes del Consejo de Gobierno -hasta ocho consejeros-, alcaldes, oposición y dirigentes empresariales. Todos querían salir en la foto y ante todos ellos Adrián Barbón urgió «una transición energética en Asturias que sea justa, pactada y pautada». Eso sí, la primera tarea para uno mismo, cumplir lo prometido en campaña: «La aplicación de un arancel ambiental, de un ajuste en frontera que evite la desventaja de la siderurgia europea frente a la competencia de otros países». El sector -industrial- que aporta el 23,7% del valor añadido bruto regional, seis puntos por encima de la media nacional le hizo omnipresente en cada palabra. El escenario asturiano ante una legislación europea en pos de una transformación ecológica es visto por el presidente regional como «una doble prueba en la que no se trata solo de minimizar los riesgos sino también de saber aprovechar las posibilidades que conlleva para generar empleo y nuevas actividades». Y para afrontarla, el presidente de Asturias, lista su receta: reconocer los desafíos, analizarlos y trabajar de la mano para superarlos. «Son necesarios todos los pasos. Aceptar los retos, analizarlos y esforzarnos para superarlos, no pararnos en la descripción de los problemas», aunque ya advierte que ninguna fórmula es infalible: «No siempre se alcanzará una buena solución, pero la mayor parte de las veces lo lograremos». Y hasta el momento solo se le ocurren ejemplos de éxito o así se deduce de su valoración sobre el acuerdo de venta de Alcoa. En este sentido, quiso poner en valor la colaboración y el trabajo de las administraciones regional, estatal y municipal para conseguir encauzar la venta de las plantas de Avilés y La Coruña al fondo suizo Parter Capital. Ni en la crítica ni en el elogio hubo nombres propios en el discurso de Adrián Barbón. Solo aquí, para dirigirse a la ministra de Industria, Reyes Maroto, a la que quiso reconocer su implicación. «No trato de distribuir medallas entre las administraciones pero sí constato que hemos estado donde debíamos estar; acompañando a los trabajadores y a sus familias en meses que ha sido muy duros y haciendo nuestro trabajo, que es buscar soluciones con la vista puesta en los ciudadanos», subrayó el presidente regional.

Bloque político

No todo fue buenismo. Como toda buena obra con una clara introducción, nudo y desenlace, aquí, tras los eufóricos diagnósticos y compromisos, los culpables. Adrián Barbón, como viene haciendo desde que tomara posesión, y a imagen y semejanza de las consignas lanzadas desde el Gobierno central, puso el bloqueo político en el centro de la diana. Esta vez, como novedad, sin citar a Podemos. Y aquí, de nuevo, la aluminera -ahora Alu Iberia AVL- cuya viabilidad a medio plazo está supeditado al compromiso de sacar adelante un Estatuto de las Electrointesivas que abarate el precio de la electricidad. «Estoy diciendo con todas las letras que el bloqueo que sufre España tiene consecuencias reales, tangibles, que no es un juego de retórica ni un simulacro. El bloqueo político es perjudicial para Asturias», recalcó. Por ello, insistió en la necesidad de que se forme un gobierno cuanto antes en España, que es el que tendría competencias para aplicar reformas importantes para Asturias. La lista está sobre la mesa aunque si por prioritario se entiende los que se pronuncian una y otra vez, en el pabellón de la Fidma volvieron a escucharse viejos conocidos: la variante de Pajares y el plan de vías de Gijón. «Para hacer realidad esos objetivos es preciso contar cuanto antes con un Gobierno con todas las de la ley». A estos sumó el despliegue de los fondos mineros que puedan hacer frente al cierre de las explotaciones de carbón.

¿Hurgar en defectos o mostrar la mejor cara? Adrián Barbón recurrió a la dicotomía envuelta en metáfora, para pedir la «colaboración» del público asistente y juntos «mostrar lo mejor de Asturias desde el optimismo y las ganas». Y aunque se escudó en que esta es «una tarea colectiva de toda la sociedad asturiana» a nadie escapaba que los allí presentes solo representaban a la clase política y empresarial. Muchos de estos últimos, además, participantes en uno de los 2.000 expositores de la sexagésima tercera edición de la Fidma que abre sus puestas hoy. «Si ya es difícil tener éxito, mucho más repetirlo prácticamente en cada ocasión», les felicitó el presidente.

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