La Guardia Civil atribuye a «una maniobra incorrecta» el accidente de los Lagos

El accidente de un autobús de ALSA ocurrido el pasado 31 de julio en la carretera de acceso a los Lagos de Covadonga se debió a «una ejecución incorrecta de la maniobra de cruce con otro vehículo, al orillarse demasiado a la derecha». Esa es la conclusión de las investigaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil y que forman parte del atestado que ha entregado ya en el Juzgado de Instrucción de Cangas de Onís. Esas mismas conclusiones apuntan además a que la «maniobra correcta debería haber sido la detención del autobús e incluso la marcha atrás hasta un lugar con una anchura de la calzada segura para el paso de dos vehículos». No obstante, eximen de responsabilidad al conductor del vehículo. Ya el mes pasado la Guardia Civil había adelantado que estaba descartada la responsabilidad penal del chófer. Las investigaciones previas realizadas también habían permitido determinar que no había consumido ni alcohol ni drogas.

La investigación del accidente por parte de la Guardia Civil, finalizada en su fase de instrucción, resultó «minuciosa y muy técnica». Fue también de «gran complejidad», ya que requirió de la toma de declaración a seis personas, tanto al propio chófer del autobús como a cinco testigos que viajaban en el autobús siniestrado y en otros medios de transporte. A esas circunstancias se sumó el «número elevado de víctimas lesionadas», lo que obligó a los agentes del instituto armado a gestionar «numerosa documentación, tanto del transporte como de las víctimas, contrastar multitud de datos de testigos, llevar a cabo la inspección ocular del vehículo, vía y análisis del tacógrafo, relacionándolos entre ellos, para determinar las causas del siniestro».

El accidente se produjo al filo del mediodía del lunes 31 de julio, en un tramo de la carretera CO-4 conocido como El Espinu. En el cruce entre vehículos el autobús terminó volcando, si bien por fortuna se detuvo a escasos metros de la carretera, en una zona donde la pendiente llanea. En el momento del siniestro, en su interior viajaban 49 personas, incluido el conductor. Él fue quien resultó herido de mayor gravedad junto con otras cinco personas. Seis pasajeros más sufrieron heridas de menor entidad y 37 de carácter leve.

Superado el susto inicial, ese mismo día quedaba reabierto un largo debate sobre la seguridad de una carretera de alta montaña, con 168 curvas y en la que conviven autobuses, taxis, vehículos privados, ganado y bicicletas.

En agosto el Principado anunció el cierre durante las 24 horas a los vehículos privados, aplicado desde entonces en las jornadas en las que estaba vigente el plan de transporte a los lagos. Otra de las medidas ya anunciadas de cara a la próxima campaña es la venta anticipada de billetes para subir en autobús. Pendientes de inicio están las obras comprometidas por el Gobierno autonómico también tras el accidente, que incluyen la mejora de la seguridad en ciertos puntos, especialmente de cruce de vehículos.

Hace un año, 56 conductores profesionales de autobús y taxi que cubren la ruta de los Lagos habían remitido un documento al Principado, a la Dirección General de Tráfico (DGT), al Ayuntamiento de Cangas de Onís y al Parque Nacional de los Picos de Europa en el que exponían su temor ante el «peligro» existente en la vía. En aquel momento, no recibieron contestación.

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