Ángel Antonio Ambrosio, propuesto para recibir la medalla al Mérito de la Guardia Civil con distintivo Rojo
El agente fallecido este lunes mientras participaba en un operativo de control ciudadano en la autovía Minera ostentaba la Cruz del Mérito y Recompensas Militares por sus años de servicio
Ángel Antonio Ambrosio, el agente de la Guardia Civil fallecido este lunes por la tarde mientras participaba en un operativo de control ciudadano en la autovía Minera, está propuesto para la medalla al mérito de la Guardia Civil con distintivo Rojo.
Ambrosio había ingresado en el Cuerpo en 1992 y tras un breve paso por la Comunidad de Cantabria, llegó a Asturias en 1995 donde prestó sus servicios en los Puestos de Mieres y Moreda hasta que en el año 2002 pasó a formar parte de la USECIC de la Comandancia de Oviedo. Formó parte de Contingentes Internacionales de la ONU, siendo condecorado en varias ocasiones por Operaciones de Mantenimiento de Paz, asimismo ostentaba la Cruz del Mérito de la Guardia Civil y Recompensas Militares por sus años de servicio y está propuesto para la medalla al Mérito de la Guardia Civil con distintivo Rojo.
«Un gran compañero»
«Era una gran persona y una gran compañero, muy serio para trabajar, pero siempre haciendo gala de su sentido del humor». Ángel Antonio Ambrosio Barbero, conocido como Tono, tenía 47 años y formaba parte desde hace una década del Servicio de Seguridad Ciudadana (USESIC) de la Comandancia de Oviedo. Su anterior destino estuvo en el puesto de Muros de Nalón. Comprometido y riguroso en un trabajo que para él fue sumamente vocacional, en 2019 formó parte de una de las misiones especiales de la Benemérita en el Líbano. Regresó meses después y se incorporó de nuevo a su puesto en la Comandancia de Oviedo, donde lo definen como «una persona muy querida y apreciada, uno de los compañeros con los que siempre quieres salir a trabajar». La fatalidad se cruzó en su camino a escasa distancia de su casa, en Mieres, donde reside su familia y donde su hermano trabaja como policía nacional. El servicio al ciudadano lo vivió desde bien pequeño con el ejemplo de su padre, también miembro de la Policía Nacional, ya jubilado. Era un apasionado del baloncesto y un amante de los animales y la defensa personal.
El agente se encontraba vigilando el cierre perimetral del municipio ante la actual alerta sanitaria. El suceso se produjo a las 18.25 horas cuando una furgoneta -una Renault Master con matrícula 4701-KXG- se saltó la señalización y lo atropelló mortalmente. Otros dos agentes y una cuarta persona, un hombre que había sido detenido poco antes del accidente, resultaron heridos leves. Fueron atendidos, en un primer momento, en el lugar y después trasladados al Hospital Álvarez-Buylla. Las primeras hipótesis apuntan a que el presunto autor del atropello -R. M. V., de 47 años- se despistó y no se percató de la presencia de los agentes. De hecho, tras el siniestro varios testigo le oyeron decir que no había visto la señalización del operativo. El choque fue brutal. El agente arrollado quedó atrapado bajo uno de vehículos golpeados en el siniestro y tuvo que ser excarcelado por dotaciones de Bomberos de Asturias del cercano parque del municipio, indicaron en el Servicio de Emergencias.
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