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La justificación por el embarazo de riesgo desata una tormenta

LOURDES PÉREZ

MADRID.

Martes, 19 de julio 2022, 02:00

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Nunca una renuncia política en España había provocado un revuelo semejante por el motivo esgrimido por la dimisionaria y aceptado por su jefe de filas, a la sazón el presidente del Gobierno y líder del PSOE. La justificación por Adriana Lastra de su salida de la vicesecretaría general del PSOE por «el reposo» que le exige su primer embarazo y que le ha mantenido de baja en las últimas semanas, asumido en redes por Sánchez como un abandono irrevocable, ha desatado una inédita controversia que interpela a la coherencia del Gobierno «progresista y feminista» con las políticas de igualdad que patrocina. Una polémica muy sensible que ha entreverado las razones puramente partidarias del cese de Lastra.

Las dos hipótesis sobre las que bascula la renuncia de la diputada asturiana se han convertido en un sorprendente bumerán para el PSOE, y por extensión para el Gobierno de coalición. La primera -que, en verdad, Lastra ha optado por desvincularse de la primera línea por la necesidad de velar por su salud y la de su bebé- cuestiona la máxima feminista, de la que el Ejecutivo hace bandera, de que la maternidad y sus consecuencias no pueden suponer una traba para la carrera profesional de las mujeres; con el agravante de que, en este caso, el 'jefe' es el presidente del Gobierno. La segunda alternativa, más maliciosa, es que Lastra se haya escudado en una motivación tan personal para revestir una salida forzosa que se rumiaba desde la debacle socialista en las andaluzas. Los efectos de esta tesis resultan incluso más gravosos a ojos críticos, porque comprometen la credibilidad en defensa de la igualdad tanto de la mujer que deja su cargo sin vuelta por el embarazo de riesgo como la del hombre que la acepta.

Que la controversia es espinosa se evidencia en la pluralidad de las voces que se han pronunciado -en su mayoría, mujeres políticas- y en algún llamativo 'efecto dominó' como el que ha dividido a Vox: mientras su portavoz, Jorge Buxadé, se congratuló de que Lastra haya optado por «cuidar de ella y su bebé», Macarena Olona interpreta que la socialista abandona por su gestación y así lo denunció. Por su parte, la dirigente del PP Cuca Gamarra midió su reproche: le deseó «lo mejor» a su rival, pero incidió en que «el camino a la igualdad» no pasa por renunciar, sino por cogerse «una baja con reincorporación a sus funciones». Menos templada estuvo su correligionaria Carmen Navarro, quien se preguntó si se trata de un paso voluntario o de una destitución y remató: «Dimitir de tus responsabilidades de dirección es, como mínimo, un lujo».

Las críticas procedentes de la bancada de la oposición soliviantaron a varias diputadas del PSOE, que tildaron de «nauseabundo» que se cuestionen las razones «personales» de Lastra y su libre decisión. Pero en paralelo y 'sotto voce', la justificación esgrimida también provocó disgusto en el PSOE; y una socialista tan identificada con el feminismo como la exvicepresidenta Carmen Calvo sí lamentó que «en la democracia de la igualdad no es bueno que las mujeres salgan de la primera línea política».

Donde no hubo fisuras fue en Unidas Podemos, titular de la cartera de Igualdad en el Gobierno de Sánchez. La ministra, Irene Montero, trasladó su «cariño» y su «respeto» a Lastra, al igual que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Y la también ministra y líder de la formación morada, Ione Belarra, embarazada a su vez, quiso zanjarlo con que «a veces es imprescindible poner los cuidados en primera línea».

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