

Secciones
Servicios
Destacamos
europa press
Viernes, 4 de febrero 2022, 14:19
El acusado de intentar matar a su pareja en Gozón en abril de 2020 el mismo día en que el Juzgado le impuso una orden de alejamiento ha negado que ejerciese cualquier tipo de violencia física o verbal contra la víctima anteriormente a ese hecho y ha asegurado ante el juez que la suya era «una relación tranquila». Sin embargo ha admitido, en la vista oral que se celebró esta mañana en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo, que el 25 de abril de 2020 acudió al negocio donde estaba su expareja, un kiosco, pero no sabe con qué finalidad.
«Durante los meses que llevo en prisión estuve pensando a qué fui allí pero no lo sé, ni entré a hacerle daño, ni a pedirle perdón, ni a decirle te quiero, no sé a qué entré», ha dicho el acusado, que ha indicado que «supone que fui yo quien le causó las heridas con un cuchillo».
Ha negado que quisera matarla. «Cómo voy a querer matar a la persona a la que más quiero en este mundo, después de mi hijo», ha dicho el acusado.
Ha relatado que, cuando entró al kiosco, vio a una amiga en común y pasó por detrás del mostrador pero no sabe con que intención. «Cuando entré ahí no pensaba en nada. Ella -la víctima- chilló 'el cuchillo, el cuchillo', y yo no me acuerdo del cuchillo para nada, luego ella lo cogió y yo se lo quité», ha relatado.
Ha asegurado que «sabe cómo es el cuchillo porque lo había comprado él mismo» y, a preguntas de la fiscal, ha indicado «que forcejearon y sabe lo que pasó porque leyó el informe médico pero entonces no sabía por qué ella sangraba». Ha añadido que tampoco recuerda ni sabe si en ese momento le dijo que la iba a matar.
Tras el ataque a su víctima ha indicado que salió del negocio porque alguien lo paró y no recuerda lo que hizo con el cuchillo. Si dijo que llamó a su hijo para decirle «que le quería y que iba a tardar meses en verlo».
A preguntas de su abogado ha indicado que la noche antes del día que atacó a su mujer estaba en Lugo y «se le metió en la cabeza venir a Luanco a suicidarse», motivo por el que de madrugada se desplazó a la villa gozoniega.
No obstante, el del 25 de abril cuando apuñaló a la mujer, no es el único episodio de violencia y maltrato contra su expareja que le atribuye la Fiscalía, que en su escrito recoge numerosos episodios violentos tanto físicos como verbales. Todos ellos fueron negados por el acusado.
«Igual teníamos alguna discusión, pero lo mismo que con mi primera mujer, sin más», ha declarado el procesado, que se enfrenta a penas de más de 15 años de cárcel. Así, ha negado a preguntas del Fiscal que «empujase, zarandease o insultase a la mujer con palabras como puta o zorra». «Mi vocabulario no es ese, yo no utilizo esas palabras», dijo en tono tranquilo.
El hombre, que permanece en prisión desde el día de los hechos y para quien la Fiscalía solicita 15 años y medio de cárcel, fue negando todos y cada uno de los hechos que le atribuye la Fiscalía y ha manifestado que el día que supuestamente intentó matar a su pareja había tomado «diez o doce pastillas».
Al preguntarle uno a uno por los episodios violentos que le atribuye Fiscalia previos al apuñalamiento, el acusado ha ido negándolos uno a uno. Así ha manifestado que si llamaba de manera reiterada a la familia de su pareja no era para controlarla sino porque también los consideraba su familia.
Muy distinta ha sido la declaración de la víctima que ha definido la relación como «complicada, difícil y tormentosa». «Empezó como una pareja normal pero poco a poco empezó a controlarme, a aisalarme de mis amigas y de mi entorno. Me llamaba constantemente y aparecía por sorpresa a buscarme si quedaba con mis amigas, dejé de quedar con ellas para evitar pasar vergüenza», ha indicado la víctima.
También ha relatado comportamientos «diarios violentos». «Me daba empujones, me tiraba el mando de la tele, me insultaba, me daba gritos, voces, me llamaba subnormal, que no sabía hacer nada y luego me decía que no era para tanto», ha indicado la mujer ante el juez.
Ha explicado que era él quien ponía las contraseñas a sus redes sociales y a sus terminales. «Lo hacía porque no me daba otra opción», ha indicado. Además ha ido relatando los diferentes episodios violentos que sufrió antes de la agresión en abril de 2020, alguno de los cuales se dio en presencia del hijo de ambos.
«Yo tuve muchos momentos de miedo, miedo por mí y por mi hijo. Él me amenazaba con quitarme a mi hijo», ha explicado la víctima en una larga declaración ante el Tribunal. «Si no denuncié antes y aguanté la situación durante años fue por pánico, ya no miedo, sino pánico. Me intenté separar años atrás, cuando el niño tenía cuatro años», ha dicho.
Tras una de esas agresiones, tomó conciencia de la situación y se lo contó a su hermana y a una agente de la Policía Nacional que llevaba asuntos de violencia de género. Tras esa conversación decidió presentar denuncia ante la Guardia Civil.
Respecto al día en el que fue apuñalada, explicó que, por la posición que tenía ella, no lo vio entrar en el kiosco y lo que recuerda es «tenerlo encima suyo clavándole un cuchillo». «Yo gritaba 'cuchillo', 'ayuda' y palabras cortas, porque no podía procesar más y mi amiga salió a buscar ayuda», ha explicado la víctima, que ha indicado que sólo lo escuchó a él decirle «te mato». Se ha mostrado convencida de que si no llega a entrar un taxista la hubiese matado.
Ese taxista también ha prestado declaración y ha relatado como vio al acusado entrar «rápido y con cara de cabreo» al kiosco en el que estaba la víctima y al poco salió su amiga pidiendo ayuda y escuchó a la mujer pedir socorro. Entonces entró y vio al procesado agredir a su expareja, que «estaba acorralada», con un cuchillo en un brazo y un costado.
«Fue todo muy rápido, ella trataba de zafarse de él y gritaba. Yo lo cogí por la espalda y lo retuve hasta que dejó el cuchillo porque pienso que él quería ir detrás de ella. Cuando lo solté, él salió del local cogió su coche y marchó», dijo.
Durante la vista familiares de la víctima corroboraron ante el tribunal los episodios de violencia física y verbal por parte del acusado hacia su pareja. «Golpes, portazos, insultos y hasta rompió una puerta», relató la madre de la víctima, entre llantos, asegurando que «como jamás le prohibieron al niño hablar con su padre, él utilizaba al menor para malmeter contra su madre».
También la hermana y el cuñado de la víctima han insistido en el carácter controlador del acusado. «El 'eres tonta' hacia mi hermana lo tenía en la boca todo el rato. Portazos y golpes también eran constantes», explicó, añadiendo que vio «hematomas en los brazos de su hermana».
El juicio continuará el próximo jueves día 10, a partir de las 10 de la mañana.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.