«El precio de la botella de sidra debería igualarse al de otros productos similares»

El Gaitero y Villaviciosa han ido siempre de la mano desde su fundación hace ya 130 años. La empresa se ha convertido en este tiempo en un importante embajador del concejo. Un papel que desde la Cofradía Amigos de Les Fabes han querido agradecer con la concesión de la Faba de Oro, que se iba a entregar durante las Jornadas de Les Fabes, suspendidas temporalmente. «Es un acicate para seguir mejorando», reconoce su vicepresidente, José Cardín.

-¿Se esperaban este reconocimiento?

-Cualquier premio con el que nos distingan nos gusta y nos sirve como acicate para seguir mejorando. En nuestro caso, por ejemplo, me hace especial ilusión porque hace varios años ya nos concedieron la Faba de Oro que otorgaban en La Ruta, en Oviedo. En Valle, Ballina y Fernández somos una familia. Mi hermano y yo somos la cuarta generación, pero la quinta ya está encargándose de la dirección.

-¿Cuál es el secreto para, después de un siglo, seguir siendo un referente en el sector?

-El mérito está en el inicio. Fueron tres familias quienes fundaron la empresa, aunque ahora solo quedamos los Fernández. Fueron unos visionarios, vieron la posibilidad de hacer un producto en expansión y lo hicieron para que durase en el tiempo. Con arraigo familiar y en el entorno. Eso es algo que las generaciones futuras hemos mantenido.

-Habla de la relación con el entorno. El pueblo de Villaviciosa y El Gaitero siempre han ido juntos de la mano.

-Sí, las tres familias eran originarias de la Villa y la gran parte de los trabajadores también. Nuestro enólogo, por ejemplo, es la quinta generación de su familia en trabajar con nosotros. Villaviciosa era un pueblín. Sigue siéndolo, pero muy diferente. Hay un cambio total de formas de vida, pero aquí seguimos.

-Aunque eso no siempre fue así. En 2011, la empresa estuvo a punto de abandonar la Villa.

-Pasamos por dos situaciones difíciles. La primera fue cuando Ruiz-Mateos quiso comprar la empresa. El segundo fue en 2011 con la aplicación de la ley de Costas. Nos decían que estos terrenos no eran nuestros y nos teníamos que ir. Nos defendimos como pudimos y los vecinos se volcaron con nosotros. Organizaron hasta manifestaciones. Por suerte, había una escritura en el archivo histórico de Asturias que nos daba la razón. Desde el punto de vista de negocio igual habríamos ganado yéndonos, pero a Villaviciosa no le quedaría industria. Hay que estar aquí.

-¿Cómo está siendo la temporada sidrera?

-Muy buena. Soy relativamente nuevo en el sector, pero creo que el desarrollo que se ha vivido desde finales de los 80 es muy superior a todos los años anteriores. Se elabora con más respecto y se hacen productos de más calidad. El sector de la sidra está bien y tiene futuro. Todos jugamos en el mismo campo.

-¿Ese futuro pasa por abrirse al mercado internacional?

-Sin duda. El poder consumidor en Asturias es limitado y es esencial vender tanto en España como fuera. Hay que tener en cuenta lo que quiere el cliente porque sabe muy bien lo que es. Se debe valorar la tendencia de mercado y su evolución. El escanciado no es tan antiguo, antes se bebía en jarra. Se puede tomar sidra natural sin escanciar y estará buena. Igual que escanciada. Lo importante es dar un producto bueno y que tenga posibilidades de supervivencia.

-¿Y los precios?

-Yo siempre pongo el mismo ejemplo, una botella de sidra vale 2,70 euros y un vaso de vino, dos. Además de que la sidra lleva consigo una persona que te escancia. Subir los precios a algo razonable, como cinco euros la botella, permitiría tener un margen. No hay que olvidar que la sidra es un circuito cerrado y todo el beneficio se queda en la región. Yo hablo con mucha gente y todos opinamos lo mismo.

-Si la postura es generalizada, ¿por qué no se suben los precios?

-Falta decisión, unidad de criterio y sobran los piratas. La Administración debería tener un papel importante en eso, porque tiene capacidad para controlar el mercado.

-¿La botella de sidra debe ser exclusiva de Asturias?

-Yo tuve algo que ver en eso cuando era presidente de la Asociación de Sidra Asturiana. Decidimos registrarla para poder limitarla al ámbito de la región. Ahora sé que han estado en juicios, aunque no tengo tanto conocimiento como antes. Aún así, los problemas son con empresarios pequeños, a mí me preocuparía si quisiese utilizarla una gran compañía. Aunque todos estos asuntos serían más fáciles si el precio de la botella se igualase al de otros productos de similares características

-Volviendo a El Gaitero. ¿Están trabajando en algún producto nuevo?

-Sí, siempre estamos innovando. En concreto estamos trabajando en un tipo de sidra sobre la que hay ahora mucha demanda, aunque no puedo adelantar mucho más. Estamos preparados para seguir avanzando y eso vamos a hacer.

-Pero el grupo El Gaitero no es solo sidra.

-Llevamos más de sesenta años haciendo productos enlatados. Hemos adecuado una nuevas instalaciones para ello y nuestro objetivo es fomentar la calidad. Además, desde hace poco en La Rioja tenemos una bodega.