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Pacientes del centro de salud de El Llano, en Gijón, esperando a entrar en consulta. P. UCHA
Sanidad en Asturias

Los médicos avisan al Sespa: «O atajan los problemas de una vez o esto colapsa»

Salud presentará en febrero su modelo para Atención Primaria en un momento de tensión con los profesionales, que en otras comunidades ya han convocado paros

MIRIAM SUÁREZ

GIJÓN.

Lunes, 23 de enero 2023, 03:54

La Consejería de Salud destinará 347,8 euros por habitante a Atención Primaria en 2023, siendo la segunda región que más «esfuerzo presupuestario» hará en este nivel asistencial, tras Extremadura. Pero los médicos de Familia reclaman, además, un nuevo modelo de organización que mejore sus condiciones de trabajo para que los centros de salud «no sean un matadero de vocaciones», tal como dice José Antonio Vidal, secretario general del Sindicato Médico Profesional de Asturias (Simpa).

A mediados de febrero, el Servicio de Salud del Principado (Sespa) prevé concretar algunas de las mejoras que se van a ir adoptando para apaciguar los ánimos y, además, ganar terreno en la carrera que las comunidades han emprendido para tratar de captar profesionales. Empezando por subir la hora de guardia, que en Asturias se paga a 23 euros, una de las tarifas más bajas del país. Esa subida, que tardará «algunas semanas en plasmarse», según precisaba hace unos días el consejero de Salud, Pablo Muñiz, se hará extensible a todos los facultativos del sistema público.

Los médicos aspiran a que la hora de guardia se sitúe en torno a los 30 euros, lo que acercaría Asturias a las comunidades que mejor pagan: Baleares (31 euros), Madrid y Murcia (30) y La Rioja (29). El Simpa, no obstante, advierte de que, «si otras autonomías mejoran también la hora de guardia en 2023, nos seguirán sacando ventaja».

Por tanto, hay que implementar otras medidas «para que sea más atractivo» trabajar de médico en Asturias, «especialmente en Atención Primaria», donde hay un mayor déficit de profesionales. Entre las medidas que hay sobre la mesa: implantar módulos de tarde, convocar las plazas para directores de centro de salud, hacer una mejor distribución de roles, conceder módulos compensatorios a los mayores de 55 años o reorganizar la Atención Continuada. Dicha reorganización obligará a los médicos de los centros de salud a hacer guardias de fin de semana, algo que venía recayendo en los eventuales, una figura que desaparecerá a partir del 31 de enero.

En Primaria, entre tanto, prosigue el colapso por sobrecarga de trabajo: «Hay mucho descontento; la situación es cada vez peor y nunca ha habido una intención real de mejorar nuestras condiciones. O atajan los problemas existentes de una santa vez o esto va a colapsar de verdad», sostiene Jesús Rodríguez Virgili, médico de Familia en Gozón y reprentante de Atención Primaria en el Colegio de Médicos.

Virgili presenta como prueba de que «está fallando la primera línea de contención de nuestro sistema sanitario» la sobrecarga de las urgencias hospitalarias. En el HUCA, el pasado lunes, se alcanzaba un récord de pacientes atendidos. «En Primaria, no se cumplen las agendas pactadas ni apenas se cubren bajas. Y con las guardias de fin de semana deberán tener en cuenta que se generarán días de descanso y faltarán médicos para las consultas del día a día», señala.

Como resume Alfredo Fernández San Martín, médico en el centro de salud de Llano Ponte, en Avilés, «hay que dignificar nuestra profesión, que ha sido infravalorado durante años». De ahí, en su opinión, los problemas existentes en Atención Primaria, más evidentes tras la pandemia por coronavirus. «La plantilla en Primaria está muy envejecida, algo que deben tener en cuenta a la hora de reorganizar la actividad», advierte.

Fernández San Martín, del sindicato SICEPA-USIPA, es uno de los facultativos a los que el Sespa ha denegado la exención de guardias que le corresponde por tener más de 55 años. Necesidades del servicio, alega. El asunto también es motivo de tensión. «Se necesita mejor gestión política, una mejor organización, que los profesionales rindamos lo que debemos y que se ponga orden en la demanda desorbitada de los pacientes», plantea.

Pese a que tanto el consejero de Salud como la gerente del Sespa insisten en que habrá mejoras, «el ambiente está bastante caliente por la sensación de que nos toman el pelo», señala María José Sánchez Trapiello, médico en el centro de salud de Zarracina, en Gijón. «Llevamos diez años avisando de que falta personal y hay que mejorar contratos y captar profesionales. Entonces, había facultativos en bolsa y el Sespa nos decía que no había dinero. Ahora parece que sí lo hay», recuerda.

En este año de elecciones son muchos los territorios que fortalecen sus recursos sanitarios e invierten en hacer más atractiva la Atención Primaria. El déficit de profesionales sanitarios es un problema generalizado, con consecuencias comunes que no están teniendo el mismo impacto en todas las comunidades.

Sin embargo, según Sánchez Trapiello, delegada del sindicato SICEPA-USIPA, «la gestión ha sido nefasta y populista, sin importar la calidad de la asistencia, sino tener contenta a la población para ganar votos». A esa gestión atribuye que «la agenda de Atención Primaria no tenga fin. Empiezas con los 43 pacientes estipulados por el Sespa y acabas atendiendo a 10 más al día. En una guardia por semana puedes llegar a ver 50. Y si pasamos a hacer 12 horas un sábado, pues otros 100».

«Un montón de cargos»

Reclama, además, que «se dé un repaso al 112», porque «precisamos más ambulancias y un sistema más eficiente para que no movilicen a los profesionales por causas justificadas». Y deja caer que «hay un montón de cargos ocupados por médicos de Familia en el Sespa y la Consejería que igual podrian reducirse para que hagan guardias los fines de semana en los centros de salud; se necesitan menos generales y más soldados».

Aunque los responsables políticos de la sanidad comprometen presupuesto y mejoras, e insisten en su voluntad de consenso, hay profesionales dispuestos a movilizarse, como ya ocurre en otras comunidades. Algunos, afirman, «incluso quieren ir a la huelga». Aunque la tensión es evidente, Administración y profesionales negocian con la esperanza de lograr acuerdos que eviten males mayores.

«Tenemos que hacer esfuerzos por todas las partes para que el modelo sea apetecible, porque no podemos seguir así. Cada día estamos un poco peor», lamenta Rubén Villa, presidente de SAMFyC, a la espera de que los anuncios del Sespa se concreten. «No discuto que haya voluntad de corregir errores, pero seguimos igual de tensionados y tienen que aportar soluciones ya», apunta, por su parte, Antonio Fernández, de Semergen.

La cuestión es que los ánimos están caldeados. También en los hospitales. El pasado martes, de hecho, enfermeras, auxiliares y celadores del HUCA protagonizaron una protesta ante el hospital por las condiciones y el sistema de descanso del personal en turno rotatorio. Mil firmas respaldan sus quejas: «Estamos muy quemados»,

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