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Casi la mitad de los asturianos recortan ya gastos en comida

Casi la mitad de los asturianos recortan ya gastos en comida

Cáritas alerta de las «consecuencias para la salud» mientras Save the Children lamenta que haya niños que no pueden ni ponerse gafas

OLGA ESTEBAN

GIJÓN.

Lunes, 30 de enero 2023, 02:36

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«No es normal que en este país haya niños que no puedan ir al dentista, ni comer frutas y verduras, ni ponerse gafas». La organización Save The Children lanzaba recientemente esas «cifras que nos tocan y que nos avergüenzan», las que sitúan a España «a la cabeza de Europa en pobreza infantil, sólo por detrás de Rumanía». Las que dicen que hay niños que hacen las tareas del cole con el abrigo puesto porque en su casa hace frío, que apenas comen carne o pescado. No hace falta ir al 'sinhogarismo' o a las miles de familias que subsisten gracias a las ayudas públicas. «Hay muchas realidades. Hay un perfil de personas que están en situación de pobreza relativa y que trabajan, en empleos precarios o de muy pocas horas, jóvenes con pocos recursos, gente que se ve obligada a compartir vienda...» Lo cuenta Héctor Colunga, que como parte importante de Mar de Niebla y de la Red Asturiana de la Lucha contra la Pobreza, conoce de primera mano esas otras realidades.

Unas realidades que dibujan familias que viven de alquiler, con niños y niñas en edad de escolarización, con personas con discapacidad o en situación de dependencia, con deudas, sin ingresos estables y con alguno o todos sus miembros en situación de desempleo. La brecha de género y las familias monoparentales son cuestiones cruciales también. Unas realidades estas a las que también Cáritas ha dedicado una especial atención en su informe 'El coste de la vida y estrategias familiares para abordarlo', de la Fundación FOESSA. Un estudio que se centra en las familias cuyos ingresos son más bajos, aquellas que posiblemente no habían llegado a recuperarse de la gran crisis anterior, que luego se han visto arrastradas por los efectos de la pandemia y que ahora ven, con más preocupación, cómo se encarece sin fin el coste de la vida, cómo el mismo dinero ahora da para menos, cómo los recibos aumentan y llenar la nevera cada vez cuesta más. Muchas, lo advierte también Save the Children, no reciben ayudas públicas.

Si para una familia media los gastos de las necesidades básicas (vivienda y alimentación, además del transporte imprescindible) suponen aproximadamente el 60% de sus ingresos (el 61,2% en Asturias), según el informe de Cáritas, para las que ingresan menos de mil euros es ya el 80% e incluso para los que perciben hasta 1.500 calcula que ronda ya el 70%. Es decir, de 70 a 80 de cada cien euros se irán a pagar el piso, la comida y el transporte imprescindible. Porque son precisamente esas necesidades básicas las que más están incrementando sus costes. Los 20 euros restantes deberían repartirse para ropa, calzado, salud, educación...

Se da la circunstancia, además, según el mismo informe, de que Asturias es de los territorios que más está sufriendo el incremento de los precios, con tasas de variación anual en vivienda y suministros por encima del 20%.

Ante esta situación, la Fundación FOESAA ha definido una cesta básica (que incluye alimentación, vivienda, equipamiento, suministros como energía o internet, educación, gastos sanitarios y atención a personas en situación de dependiencia) y, en función de eso, un Presupuesto de Referencia para unas Condiciones de Vida Dignas (PRCVD) que depende no solo de las diferencias regionales, sino del tipo de familia y sus necesidades. El PRCVD es, al fin, «la cuantía de gasto necesaria que tiene un hogar determinado para poder disfrutar de una vida digna» y, según la encuesta realizada para el informe, el 31,5% de las familias tienen ingresos inferiores a esa cantidad que necesitarían. Son cifras superiores a las que recogen otros informes, como el de la Red de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión, que indicaba que el 20% de la población asturiana está en riesgo de exclusión. Para Cáritas, los estudios son complementarios.

¿Qué hacen las familias españolas y las asturianas en estas circunstancias? Pues la mayoría recortan al mínimo su presupuesto de alimentación, ropa y calzado, además de reducir el gasto en los suministros de la vivienda. Y sí, es cierto que es algo que deben afrontar todas las familias ahora, sea cual sea su nivel de ingresos, pero aquellos con más dificultades deben hacerlo «el doble o el triple» que el resto. El 70% de las familias con menos recursos ha reducido su gasto en ropa y casi la mitad ha tenido que «efectuar drásticos recortes en el presupuesto familiar en alimentación, hasta el punto que una cuarta parte de ellos no puede llevar una dieta especial», decisiones que «tienen consecuencias potencialmente graves en la salud». Un 63% ha reducido el consumo de calefacción o agua; un 56% el de internet, teléfono y televisión y un 22% ha tenido que pedir ayuda para para asegurarse esos suministros.

Siguen los recortes: un 33% ha dejado de comprar accesorios sociosanitarios (gafas, audífonos...), un 15% ha dejado de comprar algún medicamento e incluso un 11% ha dejado de seguir algún tratamiento médico. El ahorro pasa también por un menor uso del coche o el transporte público, dejar de comprar material escolar o, directamente, no acudir a una excursión del colegio.

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