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Mar Berjón y su hermana Magdalena salen de la casa de Cuevas del Agua. Damián Arienza / ECAudiovisual
Versiones y contradicciones

Las últimas declaraciones de las hermanas centran la investigación del crimen del ganadero de Ribadesella

«A mí hermana le pegaron, pero como no tenía sangre y había pocas ambulancias no la atendieron», declaró la cuñada de la víctima un día después del crimen

Olaya Suárez

Gijón

Miércoles, 24 de septiembre 2025

No se prevé una pronta resolución del crimen del ganadero de Ribadesella Toño Otero Toraño, a no ser que se precipiten los acontecimientos por alguna razón externa a la investigación. La Guardia Civil avanza a paso firme en las indagaciones, con el cotejo de los datos existentes y la práctica de nuevas pruebas.

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Dos días después de la nueva declaración de la cuñada del fallecido –adelantada por EL COMERCIO– en la que mostró sus sospechas respecto a su propia hermana, los trabajos policiales siguen su propio rumbo. De hecho, los agentes de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de Asturias aún no han llamado a testificar de nuevo a Mar Berjón, la pareja de la víctima, después de que su propia hermana apuntase la posibilidad de que la versión sobre el ataque de dos encapuchados no se ajustase a la realidad.

La mujer no se ha personado como acusación particular por la muerte violenta del que había sido su compañero sentimental durante los últimos años. Sí que se presentó denuncia por el presunto ataque que aseguró que también había sufrido por parte de los dos individuos que habrían accedido a la vivienda de Cuevas del Agua al mediodía del viernes 12 y les habrían atacado con un objeto contundente a los dos.

Cuando los sanitarios llegaron a la casa, Toño agonizaba y no pudieron reanimarle. La mujer no refirió que tuviera lesión alguna y su hermana, que según su versión estaba descansando en el piso de arriba ajena a todo, no había sido víctima de ese supuesto brutal ataque. «A mí hermana sí que le pegaron, pero como no tenía sangre fuera y había pocas ambulancias en Ribadesella no la atendieron, fuimos al día siguiente al centro de salud y sí que vieron que tenía cosas...», dijo Magdalena, la cuñada del fallecido, al día siguiente del crimen.

Las dos fueron llevadas al cuartel de la Guardia Civil de Ribadesella tras el homicidio y allí permanecieron hasta entrada la madrugada. Si en un primer momento mantuvieron que dos encapuchados había irrumpido en la vivienda y tras dejar moribundo al ganadero saltaron por una tapia, Magdalena, nueve días después pidió volver a declarar ante la Benemérita para mostrar «sus dudas y sospechas». «Hay cosas que no me encajan, no sé si me hermana me tendió una trampa y lo pudo hacer cuando yo estaba allí para echarme a mí la culpa», aseguró.

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La autopsia practicada al hombre de 60 años en el Instituto de Medicina Legal de Oviedo reveló que había sido agredido en la cabeza con un objeto contundente y que, al parecer, no tenía señales de defensa, lo que apuntaría a que recibió el primer golpe de forma sorpresiva y quedó aturdido o que se encontraba bajo los efectos de alguna sustancia que mermaba su capacidad de reacción.

«Lo taparon con una manta»

Si en un primer momento ambas declararon que la agresión tuvo lugar en la antojana de la casa, en la segunda declaración Magdalena manifestó que a Toño le atacaron cuando estaba en el sofá y que le pusieron una manta por la cabeza para pegarle, mientras su hermana se encontraba en el mismo lugar. «Fueron a por él, a mí también me pegaron, pero menos que a él», dijo la pareja de la víctima en su primera y única declaración que ha hecho hasta el momento.

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