La hostelería de Llanes exige su apertura: «Solo pedimos que nos dejen trabajar»

Una larga caminata a modo de metáfora del duro camino que este año les está tocando recorrer a cientos de miles de pequeños empresarios y trabajadores afectados por las restricciones para contener la propagación del coronavirus. Más de medio centenar de hosteleros y trabajadores del sector participan desde las diez de la mañana de este martes en una marcha con salida en el Ayuntamiento de Llanes y llegada en la plaza de Nueva para reclamar la reapertura de sus negocios tras casi un mes de cierre obligado. Por el camino la comitiva está realizando diversas paradas en lugares como la iglesia de Barro y la plaza Parres Piñera de Posada, donde se les unieron más compañeros poco antes de la una de la tarde.

La idea, reconocía este martes uno de los impulsores de la caminata, el hostelero y miembro de la directiva de Otea en Llanes José Balmori, surgió casi por casualidad. «Estábamos charlando y se nos ocurrió juntarnos y hacer algo que uniese a las tres grandes localidades del concejo», indica. Esto fue el pasado sábado, pero «comenzó a sumarse gente interesada y como el tiempo va a empeorar, en apenas dos días nos organizamos y quedamos para hoy». El fin, agregó Balmori, es «compartir una jornada de hermandad mientras reivindicamos soluciones para nuestro sector, que es uno de los más importantes del concejo». «Solo pedimos que nos dejen trabajar», insistió, y recalcó que «ya demostramos en verano que estamos preparados y dispuestos a cumplir con todas las medidas de seguridad».

El presidente de la Asociación Llanisca de Restaurantes (Allares), Javier Garaña, se mostró de acuerdo con su colega y reconoció que «el puente de diciembre ya lo damos por perdido, pero necesitamos reabrir». Y reabrir, recalcó, con determinadas condiciones. «Llevamos meses pidiendo diálogo y que nos tengan en cuenta a la hora de decidir las medidas, porque no es sostenible abrir en según qué condiciones», apuntó. E indicó que, por ejemplo, «el toque de queda a las diez acaba con los turnos de cenas en los restaurantes y los cierres perimetrales de las grandes ciudades también afectan mucho al sector en concejos como Llanes, donde hay mucha oferta y no suficientes vecinos para cubrirla».

La hostelería llanisca, recalcó Garaña, «es un importante motor económico, genera numerosos empleos y ayuda a fijar población, pues estamos consiguiendo desestacionalizar el turismo». Y Balmori apuntó aquí la importancia de que «las administraciones dejen de pasarse la pelota unas a otras y actúen conjuntamente para ofrecernos soluciones y ayudas reales, no parches». «Necesitamos apoyo no solo para poder mantener vivas nuestras empresas, también para que nuestros trabajadores puedan seguir desarrollando su proyecto de vida aquí en Llanes», recalcó el hostelero.

Precisamente a la falta o escasez de ayudas hacían referencia varios de los participantes en la marcha, como el joven José Vía, al frente del bar de la estación de autobuses de Llanes. «Si quienes hacen las leyes y toman estas decisiones tuviesen que vivir un solo mes con las ayudas que nos dan, nos entenderían», apuntó. Y junto a él, su padre, quien regenta la veterana sidrería La Casona, lamentó también la «falta de apoyos» que él y sus colegas sienten desde que comenzó la pandemia. «Nos tienen olvidados y somos muchas las familias que vivimos de esto», apostilló, reclamando la pronta apertura de sus negocios, «aunque sea con limitaciones». A pocos metros, Mercedes Concha, trabajadora del hotel Don Paco, le daba la razón e indicaba que en su caso se vieron obligados a cerrar antes del 3 de noviembre debido a los cierres perimetrales. «Necesitamos volver a trabajar, Llanes vive del turismo», recalcó.