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R. MUÑIZ
GIJÓN.
Martes, 4 de junio 2019, 01:00
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El Principado, por consejo de los veterinarios que cuidaban a la osezna abandonada por su madre en los montes de Santo Adriano, decidió ayer trasladar al animal a Cantabria para que continúe su tratamiento. Concretamente ha sido ingresada en el Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre del municipio de Villaescusa.
Se trata de unas instalaciones que se han consolidado y son la referencia en las comunidades del norte. Atiende cada año a unos 400 ejemplares de unas 60 especies diferentes, la mayoría aves. El mes pasado la Junta de Castilla y León ya recurrió a este complejo para intentar salvar la vida a un oso de entre 20 y 25 años que localizó malherido en El Bierzo. No pudo ser esa vez y, de momento, el caso más emblemático de los técnicos cántabros sigue siendo 'Beato', osezno que encontraron herido a principios de 2018. Tras meses de cuidados fue liberado y de momento ha sabido adaptarse a la vida salvaje.
Para ello resultó clave esperar a que el plantígrado se hubiera repuesto y que las atenciones proporcionadas no lo hubieran 'humanizado', esto es, evitar que asuma que para procurarse alimento no tiene más que acercarse a las personas. En Villaescusa a los osos se los recluye en estancias con vegetación para que se manejen a su aire, y minimizando el contacto con los veterinarios. Es lo que busca ahora la Consejería de Medio Ambiente asturiana, que mantiene como objetivo poder liberar a la osezna en cuanto crezca y se pueda valer por sí misma. La clínica veterinaria en la que estaba atendida desde el sábado, cuando empezó a sufrir convulsiones, ha proporcionado la atención necesaria para que mejore de estos daños pero fue descartada una vez superada la situación de urgencia. Las instalaciones de la Fundación Oso de Asturias por su parte también fueron desechadas pues el recinto del monte Fernanchín no permite una observación continua del ejemplar. «Los plazos de recuperación no se pueden definir por el momento», indican en una consejería donde asumen que la fase actual requiere de tiempo.
El episodio ocurre cuando el Principado tiene planes para cerrar su actual centro de atención a la fauna salvaje, ubicado en Piloña (Infiesto). La idea es que le tome el relevo el centro levantado hace nueve años en Sobrescobio, tras una inversión de 4,5 millones, y cuya única utilidad fue cuidar durante cuatro meses a las osas 'Molinera' y 'Lara'.
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