La osezna mejora pero los veterinarios la mantienen ingresada en la clínica

Continúa en observación la osezna de cinco meses rescatada por el Principado tras aparecer sin su madre el martes pasado en Sabadía (Santo Adriano), y el viernes a un par de kilómetros, en Tuñón.

El ejemplar, una hembra de oso pardo cantábrico, fue alimentado con biberón y se recuperaba de una posible deshidratación, pero el sábado mostró posibles daños neurológicos que aconsejaron su ingreso en una clínica veterinaria. Durante el domingo experimentó una «ligera mejoría», confirman desde la Consejería de Medio Ambiente. La evolución sin embargo aconseja mantenerla en el centro, bajo cuidados.

El objetivo del Principado es devolverla al medio salvaje cuando tenga fuerzas suficientes para salir adelante. Es algo que anteriormente se logró con 'Villarina' y 'Lara', experiencias que llevaron a la Fundación Oso Pardo a editar una guía poniendo negro sobre blanco lo aprendido. Su consejo es aguardar a que el animal tenga alrededor de un año, que es cuando alcanza la edad de autosuficiencia y es menos vulnerable ante ejemplares adultos. Le quedan siete meses para que no se acostumbre al trato humano. La guía aboga por tenerla en un lugar aislado, sin visitas, con uno o dos cuidadores como mucho y, si es posible, en contacto con otros osos.