«Las pensiones han sido nuestro respirador, pero se van a acabar»

La escasa creación de empleo, especialmente de empleo juvenil, y las jubilaciones anticipadas que en los últimos cuarenta años se han dado se traducen en empleos «más precarios, insuficientes, y que han provocado que muchos jóvenes muy bien formados hayan tenido que salir fuera del Principado» explica el exconsejero. En el ámbito laboral, Arango recuerda que estas pensiones han sido las que han soportado la economía asturiana en los últimos años. «El respirador artificial de nuestra economía son esas jubilaciones. Según recordó, en Asturias el pago de pensiones supone el 25% de la renta familiar disponible. Y advirtió de que esto es una debilidad a un futuro próximo, pues no va a seguir sosteniendo la renta familiar, porque en los últimos años el numero de pensiones ya ha bajado un poco», explicó el exconsejero, que también apuntó que el 11% del déficit de la Seguridad Social a nivel nacional se genera en Asturias. «Las pensiones de los abuelos de siderurgia o la minería van desapareciendo con los fallecimientos, y ese colchón que debimos aprovechar para crear una economía dinámica, pero no hemos sido capaces de conseguirlo», explica.

En este aspecto, el consejero plantea que sería interesante poner estos asuntos sobre la mesa para reflexionar sobre futuros para la sociedad asturiana. «Quizás debería plantearse el debate sobre cambiar la circunstancia actual aprovechando una revolución digital y la transición económica que marca Europa, con el objetivo del 2050 para un continente más verde, aunque orientado al futuro económico», expuso.

A esto se suma el problema demográfico y el envejecimiento de la población, que Arango considera importantes. El exconsejero apuesta por la descentralización de la actividad empresarial. Define la economía asturiana como una estructura dual que concentra el 85% del PIB en el centro de la comunidad, dejando las alas de Asturias abandonadas. «Si queremos una comunidad más estructurada hay que salir de esta economía en respiración asistida y apostar por el conjunto», detalla.

Apunta también hacia otro fallo común que los estudios de población cometen, y es considerar que Asturias no está despoblada. El experto explica que estos analizan el total de habitantes con respecto al total de la población, situando al Principado en una densidad de 96 habitantes por kilómetro cuadrado, datos por encima de la media española, cuando la realidad es diferente.

«Somos la comunidad más envejecida de España, y a eso se suma que una gran parte de Asturias si que está despoblada. Muchas zonas ya son un desierto demográfico, y de seguir así, en unos años el 60% del territorio se transformará en eso», argumenta Arango, que espera que «alguien tome nota para argumentar que estos datos no reflejan la realidad»

Si para Jesús Arango el futuro de la economía asturiana pasa por aprovechar el rebufo de la revolución tecnológica, un factor clave sería luchar por mantener a los jóvenes en el Principado. «Avilés, Oviedo y Gijón concentran mucha gente, pero gente mayor. Si uno tiene que dar un cambio en el ámbito tecnológico, la materia prima es el capital humano, y estamos escasos de capital humano joven. No vamos a pedirles a los abuelos que sean emprendedores», explicó el economista.