«Pienso abrir el interior de mi bar, aunque no esté permitido»
La propietaria del Mesón Feteli, Elisabeth Campo, asegura que incumplirá las medidas restrictivas que entran en vigor en Siero el sábado
JUAN VEGA
SIERO.
Viernes, 19 de marzo 2021, 03:33
«El sábado, en principio, tengo intención de abrir en interior del local, aunque no esté permitido. No sé si me lo cerrarán o si me mandarán para Villabona». Así de tajante se muestra la propietaria del Mesón Feteli, Elisabeth Campo, ubicado en la parroquia sierense de Lieres, quien asegura que no piensa cumplir con las restricciones a la hostelería, marcadas por el Principado de Asturias, que entrarán en vigor en el concejo de Siero el próximo sábado.
El pasado miércoles la Consejería de Salud confirmó que el municipio volverá a estar integrado, durante dos semanas, en el nivel de riesgo extremo debido a su evolución negativa en la batalla contra el coronavirus. Es decir, cierre perimetral y medidas restrictivas para frenar su avance.
Campo comenta que su decisión está basada en el dinero que ha tenido que invertir en las últimas semanas para comprar el producto que sirve a sus clientes. «¿Qué voy a hacer con él ahora?», cuestiona. De la misma manera, considera que el concejo «ya tiene suficiente castigo» con el cierre perimetral «como para que nos dejen solo con las terrazas». «No quiero hacer ningún tipo de boicot, lo único que pido es que nos dejen hacer nuestro trabajo como veníamos haciéndolo durante el último año», añade.
En su caso particular, cuenta con un local con 14 mesas de las que, ahora mismo, está utilizando solo 9, por las restricciones sanitarias que obligan a mantener una distancia de seguridad. «Sé que me enfrento a una sanción, pero estoy dispuesta a asumirla porque mi negocio es la única fuente de ingresos que tengo», concluye.
'Titi' vuelve a la Junta
El hostelero del Llagar de Titi de Granda, Patricio Sánchez, que se manifestó durante «seiscientas horas» frente al Parlamento asturiano exigiendo soluciones para el sector, regresará el sábado, con su caja cubierta de lemas reivindicativos, ante las puertas de la Junta General.
«Prefiero morir de pie que vivir de rodillas pidiendo limosna», exclamó ayer en declaraciones a EL COMERCIO. «Ahora nos cierran Siero, pues que paguen la vaca por lo que vale», añadió. En sus palabras, y después de llevar varias semanas con el negocio abierto, el agujero en la facturación de su empresa continúa «en caída libre». «Aún no he recibido ni una ayuda, desde el 14 de marzo de 2020 no ingreso un euro y tengo que poner dinero todos los meses». Y es que, ha matizó, «si caigo yo, detrás van muchas familias». «Solo pido una cosa», advirtió: «que me sostengan la empresa los mismos (en referencia a los políticos) que me la cierran y ponen el riesgo el pan de mi familia, que sostengan a la hostelería».