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La parada de taxis de Villaviciosa donde Miguel Ángel Crespo tomó dos veces un taxi. ALICIA G. OVIES
El preso asturiano que se fugó de la cárcel de León | Crespo, tres escondites y un cuchillo

El preso asturiano que se fugó de la cárcel de León | Crespo, tres escondites y un cuchillo

El preso se escondió en dos viviendas, una en Cabranes y otra en Villaviciosa, donde aprovechó para asearse y coger dinero

ALICIA GARCÍA-OVIES

SANTOLAYA.

Jueves, 4 de noviembre 2021, 04:16

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Refugiándose de la lluvia y con un cuchillo de cocina escondido en sus pantalones. Así fue hallado Miguel Ángel Crespo tras una semana escondiéndose de la Guardia Civil. El preso, fugado de la cárcel de Mansilla de las Mulas (León) el pasado martes, pasará hoy a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Infiesto tras ser detenido anteayer junto al río Viacaba, en Cabranes. Se le imputa un delito de robo con violencia, dos robos con fuerza y un quebrantamiento de condena.

Su huida puso en jaque a la Guardia Civil durante una semana, tras un periplo que se inició el pasado 26 de octubre, cuando en una salida terapéutica aprovechó para huir con su pareja, Elena S., reclusa también de la cárcel leonesa y que en ese momento se encontraba de permiso penitenciario. Dos días después, tras robarle un coche a un octogenario al que agredieron, ambos pusieron rumbo a Asturias. El vehículo fue localizado la mañana del viernes en Cabranes, gracias al dispositivo puesto en marcha por la Benemérita tras conocer el vínculo personal que el preso tenía con el Principado.

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El sábado, sabedores de que se estrechaba el cerco sobre ellos, la pareja abandonó la zona dirección a Villaviciosa. Es allí, en la carretera de Amandi, a la altura del llagar Cortina, donde fueron localizados por agentes de la comandancia de Gijón. Él logró huir a la carrera por una zona boscosa, pero ella fue detenida y puesta a disposición judicial.

Las investigaciones de la Guardia Civil han permitido averiguar que la pareja se había refugiado en una vivienda, tipo segunda residencia, ubicada en Cabranes, donde se hicieron con ropa y dinero antes de trasladarse a Villaviciosa.

Ya solo, Crespo, ataviado con ropa oscura, capucha y mascarilla, decidió parar en un estanco y en un bar de Villaviciosa a tomar un café antes de refugiarse en una vivienda en Rodiles, donde aprovechó para asearse y hacerse con ropa y efectos de supervivencia. Hasta allí fue trasladado por un taxista, que en todo momento lo vio «tranquilo y callado. No sabía que era él, pero cuando volví a la parada ya comentaban que podía ser el preso al que estaban buscando».

Es el martes cuando, cumpliéndose una semana de su fuga, volvió a pedir un taxi, que lo trasladó de Rodiles a Viñón, en Cabranes. El aviso del taxista permitió poner en marcha un minucioso operativo de búsqueda. Rastrearon edificaciones y cobijos donde pudiera haberse refugiado de la intensa lluvia que se registraba en ese momentos. A las 17.15 dieron con el objetivo. Miguel Ángel Crespo se encontraba resguardándose bajo el vial de la carretera AS-255, en las inmediaciones de la senda fluvial del río Viacaba. Es entonces cuando los agentes procedieron a su detención, localizando un cuchillo de cocina escondido en el interior de sus pantalones.

«Alargar la condena»

En su búsqueda participaron numerosos efectivos de la Guardia Civil de Gijón pertenecientes a unidades de Seguridad Ciudadana, Equipo Pegaso, Servicio Cinológico, Unidad de Helicópteros de la Guardia Civil, la USECIC (Unidad de Seguridad de Comandancia), Unidades de Investigación y Policía Judicial.

La detención de Crespo ha llevado la tranquilidad a Cabranes y a Arboleya. «No hemos estado muy preocupados, porque sabemos que no es una persona violenta, aún así siempre hay quien tiene el miedo en el cuerpo», reconocían ayer los vecinos, quienes creen que su intención al fugarse era «alargar la condena».

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