El Principado reconoce que tiene la mitad de su plan de carreteras sin hacer después de cinco años
Los expertos avisan de que solo se invirtió el 35% de lo previsto para renovar la capa exterior de las calzadas, lo que encarece futuros arreglos
El Principado es responsable de 4.193 kilómetros de carreteras y hace una década se puso a inspeccionarlos. Sus técnicos concluyeron que el 54% tenían ... buen aspecto, el 30% regular y un 16% «mala situación». Para poner al día la red la administración confeccionó el Plan de Carreteras 2015-2030 que debía dar un golpe de timón. Moderaba las ganas de inaugurar nuevas infraestructuras para centrar el grueso de los esfuerzos en mantener lo ya hecho. El giro debía ser paulatino y por ello se identificaban las carreteras en las que había que invertir y el desembolso a ejecutar, programado en tres ciclos de cinco años.
En abril del pasado año Álvaro Queipo, secretario general del PP, analizó la información de la Consejería de Cohesión Territorial y echó cuentas. Estimó que el Principado solo habría ejecutado el 47% de la inversión marcada por el plan para el primer ciclo, el de 2015 a 2020. «Son datos alarmantes», espetó. «Esperaba este discurso poco menos que apocalíptico», afeó el titular del departamento, Alejandro Calvo, para quien el plan «está para cumplirlo», pero «es un programa de máximos» y el balance que hacía el diputado popular era «parcial», por lo que se comprometía a encargar una auditoría desde la propia consejería.
Lo cierto es que el balance que la consejería cerró hace unas semanas arroja resultados similares. El Plan de Carreteras establecía que para terminar los proyectos en cartera y empezar a poner al día la red existente había que invertir 394,57 millones entre 2015 y 2020. La administración regional reconoce ahora que en ese periodo sus desembolsos se quedaron en 202,82 millones sumando a las actuaciones contempladas en el plan otras necesidades viarias. Es decir, se habría ejecutado como mucho el 51% del esfuerzo anunciado. Los primeros cinco años del plan acabaron así con la mitad de las mejoras previstas aún por abordar.
«Los incumplimientos han costado más de 12.000 empleos»
La gestión de las infraestructuras afecta a varios parámetros. Una inversión en carreteras por debajo de lo anunciado por ejemplo tiene consecuencias económicas directas, recuerda el secretario general del PP, Álvaro Queipo: «Si damos por buenos los cálculos que hablan de que por cada millón de euros en infraestructuras se generan unos 65 empleos directos e indirectos, los incumplimientos del PSOE nos han costado más de 12.000 puestos de trabajo». Son cifras que «Asturias no puede, ni debe, consentir más. No queda ni un solo asturiano que no identifique ya a este gobierno como el peor de nuestra historia», asevera. Además del coste de oportunidad en puestos de trabajo, existen otros asociados a un mayor consumo que hacen los vehículos y una peor seguridad vial.
Auditorías de parte como la que hace la Asociación Española de la Carretera identifican a Asturias en una situación delicada. Aquí otorga la tercera peor valoración sobre el estado de los firmes, la sexta peor en la señalización vertical y la segunda peor sobre las marcas viales.
«A pesar de haberlo negado, finalmente se confirma lo que desde el PP denunciamos a lo largo de la legislatura: el PSOE ha incumplido, en cinco años, la mitad de las promesas del Plan de Carreteras», valora Álvaro Queipo. El secretario general de los populares considera que «ante los datos de incumplimientos en infraestructuras, y las cifras de ejecución presupuestaria, el presidente Adrián Barbón y sus consejeros están moralmente desacreditados para pedir el voto favorable a sus presupuestos de 2023», estableció.
El contraste entre lo realizado y lo programado da para varios análisis. Una de las novedades del plan, queda dicho, pasaba porque esta vez no se centraba el grueso de la inversión en ejecutar nuevas infraestructuras. A los desdoblamientos, nuevos tramos, variantes de población, enlaces y acondicionamientos de trazado se le proponía dedicar el 39,8% de los recursos. La consejería sin embargo ha distribuido sus esfuerzos de tal manera que a lo nuevo aún le destina menos, el 35,6% del presupuesto.
«Actuaciones de las que permiten recortar tiempos de desplazamiento es muy difícil que las veamos en los próximos años si queremos que todo esto sea sostenible», dijo, no por casualidad, el consejero Alejandro Calvo, la semana pasada.
Menos obra nueva
¿Qué proyectos se han salvado y cuáles han sido los sacrificados de esta filosofía? Según el plan debían invertirse 157,05 millones en actuaciones singulares que ampliaran la red pero la realidad en este apartado se quedó en el 46%. Sí se cumplió con los accesos al Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA), el del HUCA desde la AS-II, el primer acceso de la ZALIA y el acondicionamiento de la AS-22 entre Samagán-Lagar. En la duplicación entre Bobes y San Miguel de la Barreda se hizo un tercio de lo programado.
No se hizo nada o muy poco en la AS-246 Gijón-Roces, el segundo acceso a la ZALIA, la variante de Posada, el acondicionamiento de Aguasmestas-Pola de Somiedo (pese a que ya estaba en el Plan de Carreteras 2000-2010), Campo de Caso-Soto de Caso o la remodelación de Luis Oliver.
Los recortes en obra nueva se justifican por la conveniencia de incrementar el esfuerzo en mantenimiento, pero en esto tampoco las cosas salen como se esperaban. Los técnicos que hicieron el Plan 2015-2030 incluyeron como medida estrella para el primer quinquenio lanzar 220 actuaciones de renovación de pavimentos, con 102 millones. Suponía dotar de una nueva capa exterior a calzadas que suman 1.020 kilómetros, es decir, una cuarta parte de toda la red. La realidad es que en este capítulo solo se ha materializado un 35% de lo programado.
Especialistas en la materia explican que el sentido de estos trabajos es precisamente el de prevenir: «Si no actúas sobre la capa de rodadura exterior esa tensión que está pasando por la carretera va bajando a las capas inferiores y será más difícil reparar cuando te pongas a hacerlo, porque tendrás que llegar a esas capas inferiores, lo que es más costoso».
El único capítulo en el que la consejería hace más de lo anunciado es en la conservación ordinaria, a la que consagra 14,5 millones al año, un 73% más de lo planificado.
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