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Algunos de los familares de las víctimas del accidente en la mina de Cerredo, se han trasladado a la zona.

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Algunos de los familares de las víctimas del accidente en la mina de Cerredo, se han trasladado a la zona. Damián Arienza

Silencioso y letal: qué es el gas grisú, la principal hipótesis del accidente en la mina de Cerredo

Las autoridades continúan trabajando en el lugar y no se cierra ninguna causa

N. V. / C. P. S.

Lunes, 31 de marzo 2025, 19:29

Asturias se encuentra de luto tras el trágico accidente ocurrido en la mina de Cerredo, ubicada en el municipio de Degaña. La explosión, que tuvo lugar en la mañana de este lunes, ha dejado un saldo de cinco trabajadores fallecidos y cuatro heridos, tres de ellos en estado grave. Las labores de rescate continúan, mientras las autoridades investigan las causas del siniestro.

El gas grisú, cuya autoría en el accidente laboral está aún siendo investigada, según ha explicado la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, está compuesto principalmente por metano y se perfila como la principal hipótesis detrás de la explosión. Este gas, conocido por su alta inflamabilidad y capacidad para desplazar el oxígeno del ambiente, ha sido históricamente una de las mayores amenazas en la minería. Su presencia en las minas de carbón, como las de Asturias, puede desencadenar explosiones devastadoras cuando se acumula en bolsas y entra en contacto con una chispa o una fuente de calor.

Si bien es cierto que se puede encontrar también en minas de sal y de hulla, lo cierto es que es en las de carbón su fuente principal. Y es que alrededor del 95% del grisú se encuentra absorbido sobre la superficie interna del carbón. Además, se genera junto al carbón durante su formación y se libera constantemente en las minas en forma de pequeñas burbujas. Pero lo cierto es que su peligrosidad radica, sobre todo, en que es incoloro e inodoro, por lo que detectar la presencia de este gas solo es posible con maquinaria especializada. Es por lo que puede provocar asfixia o explosiones sin previo aviso.

Con todo ello, el mayor riesgo surge cuando el gas no se disipa correctamente, lo que provoca una acumulación que se conoce como 'bolsas' y que puede explotar con una simple chispa o una temperatura en superficie elevada.

Un 'enemigo silencioso y letal'

Además, una de las consecuencias de este 'enemigo silencioso' es que provoca asfixia, es muy inflamable por la alta presencia de metano. De esta forma, puede causar una explosión solo con una chispa, sin necesidad de que haya una llama. Esto ocurre si las concentraciones del gas llegan a situarse por encima de entre el 5% y el 15% en el interior de la mina. El metano que contiene este gas consigue desplazar el oxígeno de la atmósfera. Así es como causa la asfixia de las personas que se encuentran en el entorno que invade. De hecho, esta peligrosa sustancia es capaz de absorber casi todo el oxígeno presente en el ambiente, entre el 80 y el 90%. En concentraciones muy altas, cuando ya ha desplazado casi todo el oxígeno, el gas grisú es muy letal. Las personas pueden experimentar una pérdida de consciencia en las primeras inhalaciones.

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