Coronavirus en Asturias | Quince concejos, libres de coronavirus
Ninguno, salvo Villayón y Riosa, supera el millar de habitantes. Los alcaldes instan a vecinos y turistas a cumplir con las medidas
LUCÍA R. LORENZO / LAURA MAYORDOMO / L. RAMOS MORO
OVIEDO / GIJÓN.
Viernes, 18 de septiembre 2020, 01:42
Quince de los 78 concejos asturianos continúan sin registrar contagios por coronavirus. Los municipios que no detectaron afectados mediante pruebas PCR son Caravia, Degaña, Grandas de Salime, Illano, Pesoz, Proaza, Riosa, San Tirso de Abres, Santa Eulalia de Oscos, Santo Adriano, Sobrescobio, Taramundi, Villanueva de Oscos, Villayón y Yernes y Tameza. A excepción de Villayón y Riosa, son concejos que no superan los mil habitantes.
En estos ayuntamientos consideran que esta situación se debe a diversos factores. Desde el entorno rural a la baja densidad de población, pasando por la desinfección e higiene, el trabajo colectivo tanto de administraciones como de vecinos y visitantes; sin olvidar, reconocen, una pizca de buena suerte. Pero hay más. En el caso de Sobrescobio, el alcalde, Marcelino Martínez, expone entre otros factores que «los problemas del ocio nocturno y las masificaciones en sitios cerrados aquí no las hay». El regidor de Proaza, Jesús García, añade que en el mercadillo que realizan de forma semanal «procuramos que la gente, además de usar mascarilla, guarde la distancia de seguridad». Y la regidora de Villayón, Estefanía González apunta que «la mayoría de los pueblos están dispersos y la población está aislada. Tampoco se realizó ninguna actividad». En Taramundi y Santa Eulalia de Oscos, sus alcaldes, César Villabrille y Víctor Lorido, destacan el trabajo de la hostelería y su cumplimiento con las medidas sanitarias. La alcaldesa de Riosa, Ana Isabel Díaz, subraya «el apoyo de nuestros vecinos y la limpieza con productos adecuados».
A pesar de estos datos, los regidores observan con preocupación el otoño y el invierno. Por ello, hacen un llamamiento a sus vecinos así como a los visitantes para que extremen y cumplan con las medidas sanitarias vigentes, para continuar dando esquinazo al coronavirus.
La cuestión de fondo, además, es que muchas de las medidas adoptadas por el Gobierno asturiano este verano para tratar de contener al nuevo coronavirus se han revelado eficaces. La máxima ha sido siempre la anticipación. Por eso no se permitió la celebración de eventos multitudinarios, como la Feria Internacional de Muestras de Gijón o el Descenso del Sella y la fiesta de las piragüas. Por eso también, antes de que la medida fuera obligatoria para el conjunto del país, se impuso el uso de mascarillas incluso cuando se pudiera garantizar la distancia mínima de dos metros. También se multiplicaron los esfuerzos en la ya de por sí abundante realización de pruebas PCR -es la tercera comunidad que más pruebas lleva a cabo-, se dispusieron varios puntos autocovid y se reforzaron los equipos de rastreadores, que ya llevaban semanas trabajando para identificar a los casos estrechos de los positivos confirmados. Algunas de estas decisiones se tomaron incluso cuando en la comunidad autónoma se enlazaba un día tras otro sin nuevos contagios (entre junio y julio permaneció en total 25 días libre de coronavirus).
Acopio de material
Durante ese tiempo, el Servicio de Salud del Principado (Sespa) también aprovechó para hacer acopio de material de protección para el personal sanitario -hay stock suficiente de EPIs para varios meses- y más respiradores para los hospitales. Y en la Consejería de Salud hace semanas que trabajan en la revisión de la Ley de Salud Pública del Principado -aprobada el año pasado- para facilitar la respuesta del Gobierno autonómico en casos de emergencia sanitaria, como esta pandemia, y aumentar el espectro de conductas de riesgo que pudieran ser objeto de sanción.
A principios de julio se aprobó un protocolo que establece que cualquier fiesta, verbena o evento popular requería una evaluación previa por parte del Principado que, para dar o no su visto bueno, tiene en cuenta cuestiones como la estimación del porcentaje de personas participantes de otras zonas geográficas con una incidencia de covid-19 más alta que Asturias se esperaban, o el de personas vulnerables (mayores, con patologías crónicas...) que se calculaba podrían acudir a dicho acto.
A mediados de mes, cuando se registró el primer brote de esta segunda ola, se optó por endurecer las restricciones. Así, la mascarilla se convirtió en complemento esencial en el día a día de los asturianos. Y las reuniones de carácter familiar o social se limitaron a un máximo de 50 personas, al aire libre, y 25 en espacios cerrados. Además, antes de que el ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas pactaran una serie de medidas conjuntas, entre las que se encontraba el adelanto del cierre de los locales de ocio nocturno, el Principado ya les había impuesto echar la persiana a las dos de la mañana.