Ocho meses en el Nalón a la espera de ser retirado

Fue una de las imágenes de las riadas que en enero anegaron las vegas del Bajo Nalón. El vídeo del contenedor flotando a la deriva arrastrado por la fuerte corriente del río más caudaloso de Asturias, convertido en aquel mes en casi un mar por las fuertes lluvias, se hizo viral. Ocho meses después, aquel contenedor permanece como testigo impasible en el río. Un esqueleto de hierro oxidado, entre la maleza y los troncos que la corriente de enero arrastró y que, a día de hoy, ninguna administración ha retirado.

El contenedor está varado a la altura de la vieja piragüera del Club Los Cuervos, cerca del mítico rabión que los palistas debían sortear durante la prueba del Ascenso del Nalón, regata que lleva ya más de una década sin celebrarse. Precisamente el contenedor ha 'cerrado' al paso al río desde la piragüera, haciendo mucho más peligroso de lo que de por sí ya es la bajada al río desde este punto. «Nosotros ya no bajamos por allí, si te caes dentro no sales», explica a ELCOMERCIO.es Tomás Blanco, canoísta de Los Cuervos y premio al mejor canoísta del año en su categoría en 2015, 2016 y 2018.

Los palistas de Los Cuervos llevan desde hace meses advirtiendo de la mala conservación en la que se encuentra el río, donde la conservación por parte de las administraciones es mínima. También los propietarios de las plantaciones de kiwis que llenan las vegas del Bajo Nalón vienen advirtiendo de esta situación y reclamando medidas urgentes, como el refuerzo de las orillas mediante escolleras que minimicen los daños que cada año tienen que sorportar por las crecidas del río.

El contenedor que el río arrastró hasta la entrada de la vieja piragüera se une a los árboles caídos, raíces y madera en general que fue arrastrada por la corriente durante las inundaciones de enero y que están desperdigados a lo largo de las orillas de los tramos del Nalón entre Candamo y San Esteban, donde desemboca el río. Bajo los puentes que cruzan el río es habitual ver troncos acumulados, muchos de ellos, incluso, fruto de inundaciones de años atrás, a la espera de que se proceda a una retirada que sigue sin venir. En otras zonas, la tierra que el río 'comió' a las vegas no ha sido repuesta. Es el caso, por ejemplo, de la zona del Salcéu, a la entrada de Pravia, donde la riada de enero ha dejado a la vista las zapatas de algunos pilares del tren del ferrocarril que cruza el Nalón.

Los ayuntamientos de la zona vienen demandando actuaciones urgentes de limpieza, refuerzo de riberas e, incluso, dragado del caudal de los ríos para mitigar los efectos que pueden ocasionar las riadas.

Mientras tanto, el contenedor, que estaba en una finca de la zona de Candamo y cuyo propietario utilizaba para guardar los aperos de labranza, sigue en la piragüera vieja. Ocho meses, semicubierto por las aguas del mismo Nalón que lo arrastró.