«Da pena salir a pasear por Noreña y encontrarse tantos negocios cerrados»

-¿Cómo surgió el libro?

-Es fruto de la reflexión reposada y de varios años estudiando el mismo tema. Mi trabajo se ha visto enriquecido con aportaciones realizadas por autores como Carlos López-Fanjul Argüelles, Manuel Orueta González o Francisco Rodríguez Hevia, entre otros.

-¿Qué pruebas existen de que Noreña y Siero fueron etapas del Camino Primitivo?

-La referencia más antigua que se conserva del Camino Francés en todo el norte de España es un pergamino que menciona explícitamente el tramo que pasa por Noreña. El texto, que está en el monasterio de San Pelayo en Oviedo, data de 1470. En él se menciona, entre otros detalles, una muela de molino que todavía hoy existe.

-¿Por qué este Camino no ha gozado de tanto prestigio?

-Superada la inseguridad de las fronteras del 'Asturorum Regnum' y logrado el repoblamiento de los territorios, los peregrinos eludieron las dificultades de la Cordillera Cantábrica creando el Camino Francés del interior. Tras la Reconquista se dio a conocer la ruta que culminaba en Santiago y este trazado empezó a ganar peso en detrimento del primitivo. Sin embargo, hemos de recordar que la peregrinación más antigua de la cristiandad fue la que terminaba en el Salvador. Por aquel entonces, tanto fieles que llegaban por Roncesvalles como los de Castilla y León se desplazaban hasta la Catedral de Oviedo para venerar las santas reliquias. Los procedentes de Irún pasaban indefectiblemente por Siero y Noreña.

-¿Mejorarían Siero, Noreña y Sariego si se reconoce el paso del Camino por sus lares?

-Los 35.547 peregrinos que pernoctaron en Villaviciosa en el año 2015 confirman que «el Camino de Santiago es un río de gentes y vida», como dice Ricardo Junquera. A pesar de la riqueza que históricamente tuvo la villa condal, hoy Noreña está muerta. Da pena salir a pasear por el pueblo y encontrarse tantos negocios cerrados. Algo tiene que cambiar y creo que la llegada de peregrinos contribuiría a la dinamización comercial. De forma similar a lo que sucedió con pequeños pueblos de El Bierzo o Astorga que prácticamente resucitaron gracias al Camino.

-¿Cuál ha sido la respuesta de la administración?

-Nula. Llevo más de quince años abanderando esta causa y todas mis instancias han acabado en un cajón. El director general de Cultura y Patrimonio reconoció la documentación existente de esta etapa, pero el trámite continúa paralizado. Lo triste es que en estos años, ningún partido político ha movido un dedo para la conservación de elementos de alto valor histórico como el Molino de la Mata. -¿Qué elementos arquitectónicos destacaría del tramo que recorre Pola de Siero y Noreña?

-El molino de la Mata, de Pedro Fernández, de 1540. También la Iglesia de Santa María de Noreña, por su carácter monumental, muestra de la influencia que tuvo la Iglesia en aquella época, o los restos del desaparecido castillo. Los pliegos hablan de la existencia de una torre circular con una muralla y un foso perimetral con cimientos de diez pies. El Puente de El Rebollar y Sorribas (El Berrón de Noreña) del antiguo camino real que transita por Noreña permitirían el tránsito de peregrinos que justificarían los inconvenientes que supone el reconocimiento BIC otorgado 'exclusivamente a la Parroquia de Noreña' por la Consejería de Cultura.