Supermercados y comercios de alimentación podrán abrir hasta las 21 horas, pero no la hostelería

Hacer la compra hasta las 21 horas. El Gobierno regional anunció ayer que, desde hoy, entra en vigor un nuevo decreto que permite a supermercados y comercios de alimentación ampliar su horario hasta las nueve de la noche. Es decir, una hora más de la que hasta ahora estaba autorizado.

El argumento utilizado por la Consejería de Salud para ampliar el horario de estas empresas es «facilitar las compras y evitar las aglomeraciones». En concreto, la norma amplía el horario de supermercados y establecimientos de alimentación, bebidas y productos de primera necesidad, que podrán abrir desde las 6 hasta las 21 horas, en lugar de, como ocurría hasta ahora, las 20 horas.

En el mismo decreto, Salud da luz verde a la apertura de «los casinos y otros establecimientos de juegos y apuestas». Eso sí, podrán hacerlo con un aforo máximo del 30% y horario de cierre a las 20 horas.

Recuerda Salud que «el horario límite para la admisión de clientes se establece a las 19.30 horas», y que «estos locales deberán contar con todas las medidas de protección adecuadas».

Uno horario clónico al que sigue en vigor para la hostelería asturiana. Según explica la Consejería de Salud, se mantiene «el cierre de hostelería y comercio general, independientemente de su tamaño, a las 20 horas». Asimismo, los establecimientos de hostelería, restauración y terrazas «no pueden admitir nuevos clientes a partir de las 19:30 horas». Ni, tampoco, «el uso de la barra», salvo para la recogida de servicio a domicilio. Se prioriza el uso de las terrazas en las que «no está permitido fumar». No obstante, precisan las mismas fuentes, «el servicio de entrega de comida a domicilio se prolonga hasta las 23.30 horas y la recogida en el local, siempre bajo pedido previo, se extiende hasta las 22 horas».

El resto de restricciones siguen en vigor, como el toque de queda entre las 22 y las 6 horas, con la única excepción de «salidas para adquirir medicamentos, productos sanitarios y otros bienes de primera necesidad; para asistir a centros médicos y veterinarios, para acudir o regresar del trabajo, para el cuidado de personas mayores, dependientes, con discapacidad o especialmente vulnerables y para cualquier otra actividad debidamente acreditada».