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Tiene 21 años y su vocación es ser maestro. Pero, mientras, Jesús Vera ha decidido aplicarse al máximo la frase de «que no pases ... por la Universidad, sino que la Universidad pase por ti», dedicando buena parte de su tiempo a la participación estudiantil. Desde septiembre de 2022 preside el Consejo de Estudiantes de la institución académica y trata de que la voz de los 20.000 alumnos sea escuchada. Y tenida en cuenta.
–Hace un año que Ignacio Villaverde fue reelegido. ¿Cuál es su balance?
–Muy positivo. En este año por fin culminamos el primer Plan de Participación Estudiantil y un plan de acción en materia de igualdad y diversidad para el estudiantado, cuestiones en las que hemos contado con pleno apoyo del equipo rectoral. Además, se sigue avanzando en la planificación estratégica ambiciosa, que sitúa al estudiantado en el centro de la vida universitaria.
–¿Tienen los estudiantes voz y voto? ¿Son escuchados?
–Sí, sin duda. Nosotros llegamos en septiembre de 2022 y entonces la participación del estudiantado era mínima. No había ninguna orientación ni estaban definidos los grandes retos en este sentido. Fuimos aumentando nuestra presencia en los órganos y ahora, se nos escucha. No siempre se nos da la razón, pero se nos escucha.
–¿Qué le preocupa al estudiante de la Universidad de Oviedo?
–Yo creo que la pregunta es más bien '¿qué no le preocupa?' Pero si tengo que quedarme con lo fundamental, es la parte académica, en dar una buena formación, una buena orientación, una racionalización del calendario... Luego ya podemos poco a poco abarcar el resto de áreas para que haya vida universitaria.
–¿Ofrece la Universidad de Oviedo una buena formación?
–Yo creo que sí. Me siento muy bien formado y, aunque luego se oigan otras cosas, sí tenemos un enfoque de lo que es la realidad laboral, y hay muchas oportunidades para una formación complementaria.
–Dice que sí conocen la realidad laboral. ¿Qué sienten cuando se acusa a la Universidad de estar alejada de las necesidades del mercado?
–Se siente un menosprecio a todo el trabajo que se hace en materia de empleabilidad y emprendimiento y creo que responde al reconocimiento de lo que realmente hace la universidad.
–Siempre defiende la participación estudiantil, pero llama la atención, no obstante, la baja participación en la Encuesta General de Enseñanza. ¿Por qué?
–Hemos reflexionado mucho sobre eso. Creo que el fallo que tenemos es que no hemos visibilizado qué se hace con esa encuesta, para qué sirve. Hay que hacer una labor de divulgación sobre este proceso interno de calidad. Solo un 28% del estudiantado participa en esas encuestas, pero eso no quita para que haya mucha participación en otros aspectos. Tenemos que pensar también que al estudiantado no siempre le interesa lo que a la institución más le urge.
–¿Y eso no es un fallo, que institución y estudiantes no les interese lo mismo?
–Por eso se desarrolló el primer plan de participación, para darle canal a ese diálogo que hay que tener y reforzar mucho la comunicación.
–¿Se pierde la institución en política universitaria, lejos del interés estudiantil?
–No lo creo. Hay que tener en cuenta algo que a veces nos cuesta asimilar pero que es así: los estudiantes estamos cuatro o seis años en la Universidad, pero la institución tiene que pensar en el largo plazo. No siempre se pueden dar a los asuntos la celeridad que nos gustaría.
–Dice que con la institución la relación es buena. ¿Y con los docentes?
–Ha mejorado mucho. Está mucho más canalizada y los estudiantes saben dónde acudir cuando hay algún conflicto.
–Infraestructuras. Estudia usted en uno de los centros más afectados por la falta de espacio (Formación del Profesorado). ¿Se puede esperar hasta que llegue el campus de El Cristo?
–Entiendo que la gestión del problema de infraestructuras es un dolor de cabeza. Pero en el día a día, como estudiantes, a la hora de ir a clase, no lo notamos tanto. Eso responde a una buena gestión del equipo rectoral y de los equipos decanales. Mientras tanto, mantengo la fe en la labor de coordinación y que nos podamos 'apañar' sin que repercuta en la vida universitaria.
–Recientemente se ha aprobado la matrícula gratuita para todos los alumnos de primero, pero ese no era el compromiso. ¿Cómo lo valora?
–Valoramos positivamente el esfuerzo del Principado, pero espero que en los siguientes cursos podamos atender de forma prioritaria al estudiantado con dificultades socioeconómicas de todos los cursos.
–Este último año ha estado marcado por la irrupción de las universidades privadas. ¿Cómo lo valora el estudiantado?
–Que tengamos más oferta no puede tener una lectura negativa. Pero el debate es que las universidades privadas no juegan en igualdad de condiciones que las públicas. Parece que se quiere menospreciar a la pública y tenemos que hacer todo lo contrario: valorar mucho lo que ofrece la Universidad de Oviedo con los recursos y la legislación con la que cuenta.
–¿Qué supone para el estudiantado una alianza como Ingenium?
–Es una gran oportunidad. El programa Erasmus está muy bien, pero está llegando a un límite, con los problemas para encontrar vivienda en las ciudades 'erasmus'. Las alianzas europeas están pudiendo solventar eso.
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