La Universidad de Oviedo dice que la petición de fondos del exrector vulneró el «codigo ético»

A través de un comunicado, la institución académica asturiana quiso hacer la «aclaración» sobre el rechazo de un proyecto de divulgación de García Granda, que impedía su acceso a una subvención nacional de 39.000 euros de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), y que finalmente desarrollará a través del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Señala que dicho proyecto «no cumplía las condiciones para ser objeto de gestión por parte de la Fundación Universidad de Oviedo» y que, por tanto, «como el resto de proyectos cuyo investigador principal» e de la institución académica asturiana, debería hacerse a través del servicio de Investigación. El titular del vicerrectorado, Antonio Fueyo, fue el que finalmente comunicó a Granda que «no era posible su aceptación».

Y es que, según el comunicado, el proyecto 'Cósmica: un viaje por la Gran Historia' había solicitado financiación a través de la FUO, «concretamente pedía una aportación de 44.598 euros por parte de la Fundación, y de 6.570 euros, por parte de la Universidad». Equipara, asimismo, la institución 'Cósmica' a 'La Universidad para peques' «ambas con el mismo investigador principal», y que, según apuntan, solicitaba financiación de los fondos que la FUO reserva como aportación para la Universidad de Oviedo para proyectos estratégicos. De hecho, aportan un cuadro con anualidades en el que señalan que de esos 55.000 euros (el total de la aportación de la FUO hacia la Universidad de Oviedo) fueron 49.082,27 euros en 2019 y 53.433,27 en 2020 para 'La Universidad para peques'.

Por último, la Universidad ha asegurdo que incluso en el grupo de investigadores que formaba parte de la propuesta había varios miembros del equipo rectoral «e incluía personal ajeno» a la institución. También que la propuesta del exrector optaba a unos «recursos humanos y económicos» de la FUO «a los que no tienen acceso el resto de los miembros de la comunidad universitaria» y que «dispuso de espacios cuyo coste y mantenimiento «se hacían con cargo a los presupuestos de la institución». Una cuestión esta última, señalan, «de especial relevancia» puesto que «la Universidad debe apoyar a todos los grupos de investigación e investigadores sin tratos diferenciados».

Santiago García Granda, por su parte, adujo que en el proyecto de divulgación científica rechazado por la Universidad en el que figura como investigador principal lo lleva ejecutando desde 2014, antes de su llegada al Rectorado. Y, en calidad de ello, ha solicitado subvenciones nacionales. «En 2018 (ya como rector) el equipo rectoral decidió potenciar la divulgación y, alrededor de esta iniciativa, pero de forma paralela, se desarrolla un proyecto que consideramos estratégico institucional y que es el que recibe la aportación de la FUO. Pero el investiador principal es el delegado del rector (Xicu Xabiel García)». De esta manera, apunta, se generaba «como pasa en todos estos proyectos» una cofinanciación: la del suyo y la destinada al estratégico.

Asegura, asimismo, que el dinero de la FUO, esos 55.000 euros, eran los que otros equipos rectorales decidieron destinar a actividades del Campus de Excelencia Internacional, «y nosotros vimos que era una buena oportunidad para trabajar con niños desde la Universidad, una faceta que no existía». La práctica totalidad de la cuantía de la FUO - «que ha sido auditada en todo momento»- estaba destinada, añade, a las actividades científicas divulgativas que la institución desarrollaba en Mercaplana y en la Feria de Muestras.

«Es potestad del equipo rectoral que esté en ese momento destinarlo a una cosa u otra. Si no quieren hacer 'La Universidad para peques' están en su derecho. Pero lo que no pueden impedir es que yo siga llevando a cabo mi proyecto de investigación», afirma García Granda. E, insiste, «no pedí ningún recurso extraordinario a la Universidad. Solo su apoyo».