«Salieron de aquí como pudieron, de milagro»
Tres miembros de una familia resultaron intoxicados por humo en el incendio que calcinó su casa en Puerta de la Villa
Jesús González
Martes, 3 de febrero 2015, 00:18
«Salieron de aquí como pudieron... de milagro», explicaba ayer por la tarde Manuel García entre los escombros y el hollín que cubrían las estancias más afectadas por el incendio que destruyó buena parte de la vivienda del número 7 de la calle Rey Silo, en Puerta de la Villa.
Por la misma puerta que él trataba cerrar habían salido horas antes los tres miembros de su familia que residen en la vivienda: una mujer de 73 años y dos hombres de 52 y 22 años de edad. Los tres se encontraban durmiendo en sus respectivas habitaciones cuando, hacia las seis de la mañana, se produjo el incendio.
«Según contaron, se despertaron por el humo», apuntaba García, que habló con ellos mientras eran atendidos en el Hospital San Agustín de la intoxicación sufrida. Eso permitió que los tres se despertaran y se dirigieran a la puerta de salida de la casa, ubicada justo al lado de la estancia, una pequeña sala de estar, en la que se originó el fuego. «Al parecer, fue un cortocircuito», explicó el hombre acerca de las investigaciones iniciadas ayer por los distintos peritos que visitaron la vivienda para tratar de analizar tanto las causas del siniestro como sus importantes consecuencias.
Los tres habitantes de la casa en la que se produjo el fuego no fueron los únicos que tuvieron que salir precipitadamente del edificio. A los pocos minutos, se ordenaba el desalojo de las 18 viviendas -distribuidas en nueve plantas-, del inmueble. Algunos vecinos, no obstante, pudieron quedarse dentro. «A nosotros nos dijeron que nos quedáramos en casa y no saliéramos», afirmaba una vecina en el portal, mientras comentaba con otros residentes del edificio lo sucedido apenas unas horas antes.
Lo cierto es que la violencia del incendio hizo que no sólo los vecinos del número 7 salieran de sus casas, sino que los de otros edificios colindantes también salieron a la calle de madrugada. El fuego, que se inició en la cuarta planta, se fue extendiendo rápidamente hacia los pisos superiores, y provocó también importantes daños en la quinta e incluso en la sexta altura del edificio.
«El humo llegó hasta los últimos pisos», apuntaba otra vecina acerca de los restos de hollín que se podían observar en las plantas superiores del inmueble.
Hacia las seis y cuarto de la mañana, con el fuego ya extendiéndose, se recibía una primera llamada en el Centro de Coordinación del Servicio de Emergencias del 112 Asturias (SEPA). De inmediato se movilizaron efectivos del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) y del parque de bomberos de Avilés, ubicado a apenas unos cientos de metros del edificio.
Los tres afectados, de carácter leve, fueron evacuados en ambulancia para ser atendidos a lo largo del día hasta su completa recuperación. «Esperamos que les den el alta a los tres entre hoy y mañana», afirmaba ayer su pariente, Manuel García, unas horas antes de que, avanzada la tarde, salieran del hospital.
Rotura de una tubería
Mientras los tres eran atendidos por el personal sanitario, cinco efectivos de bomberos, equipados con una autoescalera y una autobomba, procedían a las labores de extinción del fuego. A su trabajo se sumaría la rotura de la canalización de suministro de agua del edificio, que contribuyó a incrementar los daños sufridos por todo el inmueble. «Las plantas superiores se llenaron de humo, las inferiores, de agua», apuntaba una vecina mientras indicaba las evidentes manchas de humedad que cubrían el techo del portal y que se repetían en cada descansillo entre la planta baja y el cuarto piso, en el que se produjo el incendio y la rotura de la canalización.
Cerca de una hora después de que se iniciara el fuego, en torno a las siete y diez de la mañana, los bomberos daban por extinguido el incendio e iniciaban las labores de limpieza y ventilación, «tareas que se prolongaron durante más de una hora», según informaban unas horas después desde el SEPA.
A partir de ese momento, comenzó una larga jornada para los residentes en el edificio, con el inicio de las labores para tratar de recuperar la normalidad y de las tasaciones por parte de los distintos peritos que acudieron a evaluar los daños.