«Estamos todos muy afectados, solo podemos esperar que se recuperen»

Un día después de los sucesos del pasado miércoles, los vecinos de la avenida de Los Telares se recuperaban del susto y reconocían su «horror» por lo vivido. Desde vecinos en el edificio donde residía la madre que se arrojó al vacío con su hija al vacío a los comerciantes de la zona.

Así, los residentes en el bloque de la familia, reconocían su dolor por lo vivido. «Era gente muy buena, siempre dispuesta a ayudar, ojalá se recuperen pronto», comentaba una de las vecinas del inmueble, muy afectada por lo vivido.

Henry Peña, actual propietario del Cafetín Valsán, recordaba lo vivido el pasado miércoles. «Al oír el golpe, salí a la calle. Había un chico con un perro que fue el que dio los primeros auxilios a la niña, yo me acerqué a ayudar; lo peor fue esperar por la ambulancia, que tardaba en llegar», comentó.

Ayer, confesaba, seguía «consternado» por lo vivido. «Luego vimos como salía la madre con las muñecas vendadas. Ha sido algo horroroso. Era una chica del barrio, la conocíamos. Es algo muy duro para todos». El miércoles fue el peor día. «Todo el mundo estaba muy triste. Sabíamos que había problemas de juicios, pero no podíamos imaginar que iba a terminar todo así», comentó.

En la acera de los números impares, se encuentra la Peluquería de Silvia Caravaca. «No vimos nada. Era un momento en el que teníamos mucha gente y con el ruido de los secadores no nos dimos cuenta de lo que estaba pasando», comentaba ayer Silvia Caravaca. Sin embargo, al poco tiempo, el movimiento de gente les llamó la atención y comprendieron que algo fuera de lo usual sucedía en la zona. «Nos dimos cuenta de que pasaba algo que no era habitual y nos fijamos. Nos ha impactado mucho a todos. Todos estamos muy afectados. Conocíamos a la madre de vista. Era una mujer muy guapa, que cuidaba su imagen. Ha sido algo horrible, el miércoles algunos vecinos sufrieron ataques de nervios al enterarse», comentó Silvia Caravaca.

La festividad de ayer redujo la actividad en la avenida de Los Telares, ya que los bajos que se mantienen con actividad se encontraban cerrados por descanso. Ni trabajaron los obreros de la construcción que el pasado miércoles acudieron a auxiliar a la mujer y a su hija y que, en algún caso, llegaron a ver como caían.

En los bares que se encontraban abiertos, algunos clientes reconocían su desconcierto ante los hechos y preferían no hacer declaraciones, aunque confesaban su pesar por lo sucedido y esperaban que ambas se recuperasen de sus graves heridas.

No fueron los únicos, ya que los familiares de la mujer que acudieron al juzgado declinaron hacer cualquier comentario sobre lo sucedido y los enfrentamientos previos entre la pareja.