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La Santina ya aguarda a León XIV. Al menos así lo transmitirá el cardenal asturiano Ángel Fernández Artime a Robert Francis Prevost cuando se reúna con el Sumo Pontífice en Roma. Así lo acaba de asegurar el salesiano asturiano durante la entrega de los premios de la Cámara de Comercio de Avilés donde fue reconocido con el premio Carlos Larrañaga como reconocimiento a su labor de difusión y promoción de Asturias. Artime se comprometió a hacerlo cuando se reúna con Prevost durante la entrega de los premios celebrada en el Pabellón de Exposiciones de La Magdalena esta tarde.
En un encuentro previo con los medios de comunicación, Artime ya avanzó que iba a realizar esa invitación. Se mostró prudente en las fechas, pero apuntó que «por su devoción mariana» no descartaba una visita al santuario asturiano a lo largo del pontificado.
También conversó con los periodistas sobre la película 'Cónclave'. «La película está muy bien ambientada, pero lo que yo viví no tiene nada que ver con las luchas de poder que narra ni con el desenalce», aseguró. Sobre la experiencia de ser elector, recordó la «impresión de la belleza del Juicio Final. Como hombre de Fe, es una experiencia preciosa por la trascendencia que supone elegir desde la Fe y con honestidad humana. En el momento que eso se logra, todo avanzó rápidamente». Ángel Fernández desveló que «viví el proceso con mucha paz, es una experiencia muy profunda y humana».
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En su intervención después de recibir el homenaje expresó su compromiso con Asturias. «En los últimos años, por mi servicio, he conocido 120 países diferentes y me ha ayudado a valorar más lo que tenemos en Asturias», al tiempo que reconocía la profunda huella que le había provocado en su forma de ser «hijo de Asturias». Artime reconoció la importancia de los empresarios asistentes y les animó a perseverar en las condiciones de trabajo dignas «para las miles de familias que están detrás de vosotros».
No faltó un recuerdo a su estancia sacerdotal en Avilés, donde fue profesor en el Colegio Santo Ángel Salesiano después de ordenarse con 27 años. Siempre ha situado esos años como una de las épocas más felices de su vida y hoy recordó que, después de esa estancia, ha oficiado 67 bodas a sus ex-alumnos como ejemplo de la huella que dejó en varias generaciones.
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