«Las desigualdades sociales en salud siguen existiendo»

-¿Cómo surge la participación de Asturias en este estudio nacional?

-En la primera versión del estudio, desarrollado en 2004, participaron diez grupos de investigación de siete comunidades autónomas que analizaron los datos de mortalidad entre 1996 y 2003. En una segunda versión, se amplió el proyecto a catorce grupos y al periodo de estudio 1996-2007. Entonces, bajo el liderazgo de Valentín Rodríguez Suárez, de la Dirección General de Salud Pública, se incorporó Asturias.

-¿Qué cambia en esta tercera versión?

-El periodo de estudio ahora es 1996-2015 y se han utilizado nuevas herramientas de análisis que han permitido un estudio bastante más preciso de la mortalidad y un conocimiento más rico. Todas las versiones del proyecto han estado financiadas por el Fondo de Investigaciones Sanitarias del Instituto de Salud Carlos III.

-¿Cuáles son las fuentes?

-Los datos de mortalidad proceden del Registro de Mortalidad de Asturias y cuando faltaba información pudimos completarla a partir del Padrón Municipal de Habitantes y de Tarjeta Sanitaria. Fueron 120.190 registros georreferenciados con diferentes herramientas. Los datos sobre la población según sexo y edad nos los facilitó la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI) a partir del Padrón Municipal de Habitantes.

-¿Por qué es interesante realizar este atlas de la mortalidad?

-Es interesante a nivel nacional. Cuanta más participación haya, más rica será la información que ofrezca. De esta forma, solo podemos sacar unos resultados de un área concreta. Pero si observáramos lo mismo en el global nacional, se podrían extraer conclusiones generales.

-¿Y qué se ve con las veintiséis ciudades que participan?

-Que está muy marcado el patrón de privación económica, aunque no en todas las causas de mortalidad. Pero, en términos generales, sí indica que en las zonas más deprimidas hay más riesgo de mortalidad. Sobre todo, en el caso del hombre.

-¿Les ha sorprendido algo?

-Igual se esperaba que no estuviera tan marcado este patrón, que se diluyera un poco.

-¿Y ahora qué?

-El objetivo es poner el problema encima de la mesa e insistir en que las desigualdades sociales en salud siguen existiendo. Hay que incentivar políticas que las reduzcan.