Ícaro Obeso Muñiz Doctor en Geografía y profesor en la Universidad de Oviedo
«En Europa va a hacer falta cierto proteccionismo frente a China»Investigador del proceso de transformación industrial de Avilés, apuesta por continuar en el camino trazado, pero metiendo el acelerador
Ícaro Obeso Muñiz (Oviedo, 1983) es doctor en Geografía, profesor en la Universidad Oviedo y miembro del proyecto de investigación Reinloes, financiado por la Unión ... Europea y capitaneado por la catedrática de Geografía Humana de la Universidad de León, Paz Benito del Pozo, que el viernes pasado presentó sus conclusiones sobre la nueva lógica espacial de los procesos de reindustrialización en España, y en Avilés, tras el covid.
–¿Ha sido el proceso de transformación de la industria avilesina exitoso?
–Teniendo en cuenta lo que ha pasado con la desindustrialización en otros entornos, en Avilés hay un conjunto de pymes muy implicadas con el territorio que han permitido mitigar los efectos. En las cuencas mineras, por ejemplo, no se encontró una alternativa al empleo. Sin embargo, el empleo industrial en Avilés sigue siendo importante y va girando hacia la innovación con buenas bases.
–¿Hay que seguir apostando, entonces, por las pymes?
–Sí. Aquí se pasó de depender casi en exclusiva de empresas estatales muy grandes, que imponían sus lógicas espaciales y económicas y que muchas veces no eran las que necesitaba el territorio, a lo que ahora hay, que son empresas muy arraigadas en el territorio con las que es más fácil trabajar. Y así lo corroboran tanto Mariví Monteserín, alcaldesa de Avilés, como Santiago Rodríguez Vega, presidente de la Autoridad Portuaria. A pesar de las últimas crisis, las de 2008 y 2020, parece que existe una cierta estabilidad.
–¿Hay suficiente suelo industrial para esas empresas?
–Sí. En Geografía Económica se observa que la primera necesidad de los territorios que han pasado por una reindustrialización son nuevos espacios. En Avilés por suelo no va a haber problema. Pero cuando ya se pasa de esa fase, lo siguiente es la regeneración completa y se empieza a pensar en cuestiones como el conocimiento y la sostenibilidad. El siguiente paso a dar.
–Usted ha investigado sobre esos nuevos espacios productivos. ¿Cuáles son?
–Es lo que se llama 'la innovación oculta', que son los centros de I+D, nuevo capital humano, la incorporación de software, nuevas tecnologías como el internet de las cosas, formación específica para el empleo... y toda esa innovación oculta está bastante presente en pymes como Idesa, Aleastur, Asturfeito, Fertiberia y Asturiana de Zinc.
–Se habla mucho de innovación, pero esta medicina entiendo que es la misma para todos los territorios. ¿Cómo se puede diferenciar Avilés?
–Avilés ya cuenta con una base. Doreen Massey, geógrafa británica, dice que los parques científicos y tecnológicos no tienen por sí mismos el suficiente poder de para atraer empresas, sin embargo, Avilés cuenta con tejido industrial y experiencia de saber hacer. Tiene personal muy formado y además hay una planificación que viene desde muy atrás en todo lo relacionado con la Isla de la Innovación. Diferentes visiones políticas ya desde el año 2000 han venido trabajando en esta línea.
–¿Es el puerto el gran elemento diferenciador?
–Tener una instalación del Estado permite ese desarrollo industrial. La capacidad exportadora del puerto es indudable. No sólo para la industria, también es importante por el sector pesquero. Esto beneficia a las empresas asentadas en la ría y en las inmediaciones.
–Parece que no hay suficientes trabajadores formados en la rama STEAM como necesita el sector. ¿Lo comparte?
–No es mi campo de estudio, pero lo que sí estamos viendo en la Universidad de Oviedo es una bajada paulatina de la matrícula en los estudios de ingeniería y esto está alineado con la tendencia que apuntaban los empresarios. Se puede deber a que muchas personas tienen que emigrar, viajar o a que quizás encuentren salidas laborales más cómodas y mejores retribuciones o a que quizás el alumnado de Secundaria lo ve un sector demasiado exigente. Debe haber varias razones.
–El sector metal tiene un buen convenio y, en general, salarios altos. Sin embargo, los puestos de dirección no parecen tener una retribución proporcional a su responsabilidad aquí en Asturias. ¿No es paradójico?
–Respondo más por conocimientos personales que por estudios. Tengo la misma sensación.
–En Avilés está previsto la creación de un Clúster del Conocimiento en Valliniello, en el que se espera que la colaboración con la Universidad de Oviedo sea importante. ¿Cómo lo valora?
–Muy bien. El contexto no lo conozco muy bien, pero que se cuente con la Universidad de Oviedo es fundamental porque hay mucha actividad en los grupos de investigación y en la EPI (Escuela Politécnica de Ingeniería) con aplicación directa en el mundo de la empresa. Seguramente puedan testear y aprender. Es una de las relaciones que hay que trabajar siempre que se plantean parques tecnológicos, centros de empresa y clústeres. Van a ser oportunidades, sobre todo cuando entran en este contexto universidades privadas.
–¿En esta transformación de la industria se va con la aceleración necesaria?
–Creo que no. El contexto global es competitivo y existe diferencias muy grandes en legislación, aranceles, derechos medioambientales o derechos laborales que provocan que los precios de las empresas europeas sean más altos, alienado con el modo de vida que queremos. Quizás ese modelo de deslocalización industrial tenga necesariamente que revertirse porque si entramos en competencia con esos territorios, nuestras empresas no se sostendrán en el tiempo. Aunque suene mal, creo que cierto proteccionismo europeo va a hacer falta. China ya compite en servicios y productos de alto valor añadido con el resto del mundo.
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