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David Román, Víctor Calota y David Peláez reciben muestras de cariño ayer tras comunicar su decisión de abandonar la huelga de hambre y la acampada frente a AZSA. MARIETA

Los intoxicados por mercurio dejan la huelga de hambre tras un acuerdo con Sanidad y la mutua

Advierten de que retomarán la protesta si se incumple la asistencia vitalicia e irán a Suiza a pedirle a Glencore que AZSA cumpla el protocolo

J. F. GALÁN

SAN JUAN.

Domingo, 18 de noviembre 2018, 06:48

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Los cuatro trabajadores intoxicados por mercurio en el accidente registrado en Asturiana de Zinc en 2012 que se mantenían en huelga de hambre acampados a las puertas de la factoría depusieron ayer su actitud. La decisión llega después de que la Consejería de Sanidad y la mutua que les atiende, Fremap, accediesen a garantizarles asistencia médica especializada mientras persistan las graves secuelas que padecen. «Eso quiere decir que de por vida, porque siempre las van a tener», precisó Dori Acevedo, presidenta de la Asociación Asturiana de Intoxicados por Metales Pesados y Mercurio y Agentes Químicos y su portavoz. El acuerdo no incluye que, tal y como reclamaban los intoxicados, un toxicólogo forme parte del equipo médico, si bien su portavoz aseguró que «estamos buscando financiación para contratar uno por cuenta propia cuyos informes tendrán que tenerse en cuenta».

Acevedo también anunció que Asturiana de Zinc ha accedido a entablar conversaciones con los cuatro trabajadores. La primera reunión se celebró ayer mismo, y la segunda está programada para fechas próximas. Si bien su contenido no ha trascendido, se especula con la posibilidad de que el objeto de la negociación guarde relación con la financiación necesaria para contratar a un toxicólogo, figura que no existe ni en el cuadro médico de los Servicios Sanitarios del Principado de Asturias ni tampoco en el de la mutua. «Lo que pedimos a la empresa es lo que siempre nos ha negado, atención médica especializada», manifestó Acevedo, que se mostró moderadamente optimista con respecto a que las negociaciones con Asturiana de Zinc lleguen a buen puerto.

Acevedo subrayó que la decisión de abandonar la huelga de hambre y la acampada es «temporal. Han accedido después de que Sanidad y la mutua nos garantizasen que van a prestarles atención médica de por vida, pero el convenio no está aprobado. Ni siquiera tenemos el borrador», añadió.

El convenio tendrá dos años de vigencia, como el actual. Caduca en 2020, con la diferencia de que el nuevo incluirá una cláusula que contemple su renovación automática por el mismo período de tiempo si el estado de salud de los trabajadores lo requiere. «Las secuelas son de por vida, les impiden trabajar y desgraciadamente lejos de remitir irán a más», recalcó la portavoz del colectivo.

Los cuatro trabajadores también mantienen su decisión de viajar a Suiza para plantarse ante la sede de la multinacional Glencore, matriz de Asturiana de Zinc, y pedirle que obligue a la empresa con sede en San Juan de Nieva a que «cumpla el acuerdo alcanzado con los trabajadores intoxicados». Según Acevedo, renunciaron a la vía penal a cambio de que Asturiana de Zinc accediese a prestarles la atención médica requerida, compromiso que, asegura, únicamente cumplió durante dos años en los que fueron atendidos en Valladolid por un toxicólogo. Después, «la empresa rompió el acuerdo unilateralmente».

David Román, Carlos Acevedo, y Víctor Calota iniciaron la huelga de hambre y la acampada el pasado día 1. David Peláez se sumó hace unos días. Según su portavoz, solo uno de ellos tiene la incapacidad total, no la absoluta, mientras que sus compañeros perciben el salario social «o sencillamente no tienen ningún tipo de ingresos». Los cuatro cobraron en su día 10.000 euros, la misma cantidad que a modo de compensación percibieron los 49 afectados en aquel accidente.

El proceso judicial concluyó en acuerdo. Recoge que el accidente se produjo porque «el riesgo de exposición no fue correctamente evaluado» por el jefe del departamento de tostación de Asturiana de Zinc y porque el responsable de prevención de riesgos de IMSA, la auxiliar en la que trabajaban como subcontratados los 49 afectados, «que debía revisar y completar los riesgos, no reclamó más información». Ambos aceptaron una pena de nueve meses de prisión después de que la empresa satisficiese 2,5 millones de euros en concepto de indemnizaciones, cantidad que incluye los 10.000 euros entregados a cada trabajador y los servicios médicos prestados.

Carlos Acevedo, hermano de la portavoz del colectivo, se mostraba ayer moderadamente satisfecho. «Estamos muy cansados, agotados, pero al menos hoy vamos a poder comer algo, dormir en casa y estar con la familia. Este acuerdo con la Consejería de Sanidad y con la mutua y la disposición de Asturiana de Zinc a negociar nos permiten pensar que por fin estamos en el buen camino, pero tampoco vamos a lanzar las campanas al vuelo. Si las cosas se rompen volveremos».

David Román también expresaba su satisfacción. «Han sido dieciocho días sin comer», señaló el trabajador, cuyo estado de salud está visiblemente deteriorado. «Tomo dieciséis pastillas diarias. Estoy sordo de un oído, del otro oigo mal y tengo problemas visuales y urológicos. También artrosis, la semana pasada me diagnosticaron Parkinson y llevo dieciocho meses sin cobrar un euro. No pedimos una compensación económica, solo la atención médica que nos merecemos».

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