Una vida dura a bordo de la nao 'Victoria': «Los marineros se comían el cuero para sobrevivir»
Cientos de personas visitarán esta semana en Avilés la réplica del barco que dio la primera vuelta al mundo entre los años 1519 y 1522
Hoy en día resulta complicado imaginarse como podía ser el día a día de los marineros españoles que dieron la primera vuelta al mundo a ... bordo de la nao Victoria entre 1519 y 1522. Aquella tripulación que pasará a la historia estaba compuesta por 42 marinos y tan solo regresaron al puerto de Sevilla 17, lo que demuestra que fue una travesía extremadamente peligrosa. «Tuvieron que sobrevivir con lo mínimo para comer, se tuvieron que comer hasta los cueros del barco del poco alimento que podían», relata Gonzalo Nogales, encargado de logística de la reproducción de la nao Victoria que se puede visitar en el muelle del Niemeyer de Avilés durante toda esta semana.
Al fin y al cabo, aquel viaje alrededor del mundo marcó un hito y posicionó a España como una gran potencia comercial, pero fue a costa de cientos de vidas de marineros que nunca regresaron a puerto. «Fue un viaje de cuatro años y en aquella época no podían embarcar ningún tipo de comida que pudiera estropearse, solo podían ir con alimentos no perecederos y los justos por la capacidad del barco. Era una vida dura, los marineros dormían en la cubierta sin importar el clima que hubiera y estaban expuestos a todo», le explica Nogales con paciencia a las decenas de personas que ya han visitado estos días la nao Victoria en Avilés.
En esta réplica viaja una tripulación de trece marineros españoles, franceses e ingleses, parte de ellos profesionales con el capitán, un primer oficial, un contramaestre, el engrasador y el jefe de máquinas, y además hay un pequeño porcentaje de voluntarios que deciden embarcarse para vivir de primera mano la experiencia.
«El barco se construyó lo más idéntico al original en 1991, pero en el año 2004 se modernizaron algunas partes para poder dar la vuelta al mundo con mayor seguridad. Los mástiles se pusieron de metal, se añadieron sistemas de navegación modernos y se adaptaron los camarotes para que ahora no tengamos que tener unas travesías tan complicadas como los marineros que viajaron en la nao Victoria original», explica durante las visitas guiadas Aaron Marín, el contramaestre de la nave, que se encarga de relatar los datos históricos del navío.
Realmente esta es una réplica de una de las cinco naves que partieron del puerto de Sevilla en el siglo XVI para conquistar lo que se conocía como la nueva ruta de las especias y que abría la posibilidad de que España entrase en el comercio internacional. «Fue algo muy importante ya que el comercio en aquella época lo gobernaban los portugueses y y esta travesía nos abrió un gran camino. Realmente es una nave diseñada para la exploración, no para el combate, estaba pensada para la carga y transporte de mercancía y cumplió su papel con creces. De hecho, en el viaje que tuvo no llegaron a cargar completamente la capacidad de la bodega y con ese poquito que consiguieron pudieron realizar por lo menos cinco viajes más», señala el contramaestre del barco.
Esta réplica de la nao Victoria se pasa el año navegando por aguas europeas. El verano lo pasa en latitudes más al norte y el invierno baja al Mediterráneo y son los meses en los que se puede disfrutar en España. Cuando parta de Avilés el próximo domingo lo hará rumbo a Portugal y de ahí bajará por la costa atlántica hasta Sevilla, donde atracará los próximos meses.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión