Navidad en Avilés: la tradición marinera brilla con el cortejo del Nataliego

Con su chubasquero amarillo, sus botas de agua y su cedazo apareció a pie por una esquina de la plaza de Pedro Menéndez, acompañado, como no, de Lolina la rulera. Apenas había asomado su barba rubia en la zona cuando los niños gritaron y aplaudieron su llegada, digna de toda una celebridad. En el centro de la plaza esperaba La Angulina, el barco del Anguleru que este año ha salido del puerto para que mayores y pequeños pudieran ver la embarcación en la que cada año el pescador llega a Asturias.

La Banda de Gaitas La Laguna del Torollu recibió al Anguleru al ritmo de gaita y tambor que se mezclaron con los gritos de los niños a los que se les fueron repartiendo banderas marineras para formar parte del cortejo del Nataliego.

Este año la asociación Garabuxada, impulsora de la celebración, se propuso llevar a cabo una «verdadera celebración de la tradición marinera que define la villa». Ayer, lo consiguieron con éxito movilizando a más de un centenar de personas desde el parque del Muelle hasta la plaza de España en un pasacalles que rindió homenaje «a lo más auténtico de Avilés», es decir, a su espíritu marinero.

Banderas en mano, gaitas, tambores sonando y con unos nervios que comenzaban a crecer el cortejo del Nataliego inició la marcha hasta la plaza de España donde L'Anguleru y Lolina se dirigieron a todos los niños.

Ambos este año estuvieron acompañados también de los miembros del grupo de teatro Santa Bárbara de Llaranes y de la asociaciones culturales Xareu d'ochobre y Xuntanza, además de Ondina y Valleco, los espumeros que viven en el Cantábrico y que se encargan de mantener el mar limpio todo el año, algo que, como expresó Ondina, «nos lo ponen difícil últimamente».

«Tábamos per nerviosos de venir», aseguró Lolina que mandó un mensaje de tranquilidad a los niños, a los que les confirmó que sus regalos estaban preparados.

«Lolina ye muy organizada. Lo tiene todo en orden porque no es una labor de un día para otro», aseguró L'Anguleru que explicó a los asistentes su historia y como el fuego les hace a él y a Lolina mágicos durante el día de Nochebuena para repartir los regalos.

L'Anguleru tampoco quiso dejar pasar la oportunidad, después de que los niños de la asociación Xareu d'ochobre le dedicaran un baile popular, de pedir a todos los niños respeto para «entender que todos tenemos los mismos derechos».

Tras sus palabras, los niños pudieron acercarse a él y entregarles su dibujos y apurar su peticiones antes de esta noche. Muñecas, juegos de mesa, un caballete para pintar, un caballo de madera son algunas de las cientos de peticiones que recibió el pescador.

En la casa de Sandra Sastre, vecina de Avilés, quienes llevan los regalos son los Reyes Magos aunque no dudó en pedirle al Anguleru «salud, que falta hace». Y es que no importa si se trata de un objeto material o de algo sentimental, porque lo importante, como demostró ayer L'Anguleru es que la ilusión por la Navidad se mantenga. Esta noche, estará más viva.