El portero del mejor Ensidesa

Cuando recordamos las alineaciones de la mejor etapa de la historia del Club Deportivo Ensidesa siempre empezamos por el hombre que resultó pilar en el ascenso a Segunda División, en lo que a la defensa bajo los palos se refiere: Lombardía. Solemos dar mérito a los que marcan los goles, pero el mismo tienen aquellos que los evitan, y el caso de nuestro protagonista de hoy tuvo mucho que ver en ello, en especial por su veteranía y saber hacer sobre el terreno de juego.

Su mentor para llegar a Avilés fue sin dudas el entrenador siderúrgico de la época, Toni Cuervo. Leyenda del Real Oviedo, club del que precisamente procedía Lombardía, y con él cerró un bloque que hizo historia. Aquella campaña 1974-1975, llegó a disputar todos los partidos ligueros del Ensidesa, con una defensa de tres formada por los recordados Vallina, Quirós y Esteban. Por delante estaban los Atucha y Raya; y en punta de ataque San Cayetano, Javi, Luis Gabriel, Novo y Teca, todos ellos como base principal. Pura dinamita para los rivales, culminada con el éxito de una promoción ante el Baracaldo, que dejaba al Ensidesa en la mejor posición de su existencia, con un ilusionante cambio de categoría.

Al año siguiente, temporada 75-76 y ya en la División de Plata, Lombardía tardó cinco jornadas en debutar en esta categoría con los siderúrgicos. Problemas físicos aconsejaron a Cuervo optar por Josini, recién fichado. El meta suplente volvería otras tres jornadas, mediada la campaña, pero la presencia de nuestro protagonista seguiría siendo una prioridad a finales de temporada, aunque no se pudo lograr el objeto de la permanencia al caer en Vitoria por un postrero gol de Valdano.

Quienes tuvieron la oportunidad de jugar con él o verlo en las gradas, recuerdan la seguridad de Lombardía bajo palos, con sus típicas salidas lanzándose a los pies del delantero rival o sujetando el balón con sus dos manos contra el pecho, de forma que no hubiese forma de arrebatárselo.

Su influencia en la meta del Club Deportivo Ensidesa se ve reflejada en los propios números de sus dos temporadas. En la primera de ellas, fue el tercer equipo que menos goles encajó en su grupo, 29 tantos, cuatro más que los que recibiría el campeón, nada menos que el Deportivo de La Coruña, y dos más que el tercer clasificado, el Racing de Ferrol. La máquina goleadora de los jugadores de Llaranes hicieron el resto para ascender de categoría. En cambio, en Segunda División, Lombardía encajó 39 de los 46 goles de su equipo y solo nueve equipos recibieron menos tantos durante la temporada. El problema estuvo precisamente en el aspecto ofensivo, por cuanto los hombres de Toni Cuervo solo fueron capaces de perforar las porterías rivales en treinta y un ocasiones, dos más que el último clasificado, el Gimnástico de Tarragona. Un bagaje muy escaso para intentar conservar la categoría, y con el que la presencia de Lombardía bajo los palos no era suficiente garantía para su consecución.

Alfredo Álvarez Lombardía nació el 17 de mayo de 1941 y residió en Tudela Veguín (Oviedo) hasta las once años, antes de cambiar a la capital asturiana, donde comenzaron a llamarle por el seudónimo de 'El Pilu'. Sus primeros pasos balompédicos los dio en el Confecciones Aro de esta ciudad, con el que se clasificó campeón de Asturias juvenil, lo que le sirvió para formar parte de la selección asturiana.

Acto seguido fichó por el Juventud Asturiana hasta que se adentró en las categoría altas de este deporte. Comenzó en el Club Siero -de la mano de su entrenador, Enrique Casas-, donde despuntó sobre manera entre los años 1959 y 1961. De hecho, pronto se fijaron en él los directivos del Sporting (por entonces llamado Real Gijón), para formar parte de la plantilla rojiblanca hasta 1965.

De El Molinón se fue a Mieres en busca de más minutos de juego, y en el Caudal se lució durante una temporada antes de iniciar su única andadura fuera de Asturias. En este caso, en la Gimnástica de Torrelavega, donde permaneció hasta 1968. Con la experiencia que había acumulado, lo llamó su Real Oviedo, equipo en el que se convirtió en un clásico durante las seis temporadas que permaneció en él. Su debut con el cuadro azul tuvo lugar en Vallecas, frente al Rayo Vallecano, y a causa de una lesión del titular, Juan Mesa.

Con la apuesta carbayona por metas foráneas, caso del balcánico Dujkovic, Lombardía optó por buscar nuevos horizontes y lo encontró en 1974 en el Ensidesa, por dos años consecutivos, los mejores del club granate. Justo antes de disputar sus tres últimas temporadas en este deporte, defendiendo los palos del Unión Popular de Langreo. De esta forma, se convirtió en un caso prácticamente único, al haber militado en los principales clubs asturianos.