Miedo a los transgénicos
El rechazo hacia los organismos genéticamente modificados suele basarse en el miedo a lo desconocido. Pero ¿hay razones objetivas para temer a los transgénicos más allá de la falta de conocimiento al respecto?
Todo está formado por átomos y moléculas, todo es química. En el caso de los seres vivos, estas moléculas se unen e interactúan de formas muy específicas, formando células. El funcionamiento de estas células está codificado por una molécula muy larga con forma de hélice: el ADN. Igual de químico en todos los organismos, formado por las mismas moléculas y los mismos átomos. No hay ninguna diferencia en la composición del ADN de las distintas especies. Tampoco entre estas y el ADN que podemos sintetizar en los laboratorios, son completamente indistinguibles en su composición, estructura y funcionamiento. ¿Qué nos hace diferentes de una planta entonces? El orden de la secuencia de AND, y parte de la información codificada en ella, a la que llamaos genes, que no es más que un orden específico en las moléculas que lo componen.
Hay genes que están en unas especies, pero no en otras. Hacer un transgénico no esa más que coger algunos de estos genes y colocarlos en ADN de una especie que no los tenía antes. Usamos el mismo lenguaje de la vida y sus mismas herramientas. No se crea nada que no existiera antes, no se hace nada antinatural. Es la forma microscópica de hacer un esqueje, como los que mi abuelo hacía en los manzanos, pero en el laboratorio, con moléculas en lugar de con tijeras y ramas.
Al igual que los esquejes de antes, nos permiten obtener plantas capaces de alimentar a más personas en más circunstancias distintas y de forma más sostenible. Quizás más que una amenaza, deberíamos considerarlos una oportunidad.
