Alejandro Mieres se muestra en la Casa Natal
El próximo martes se inaugurará una exposición que permitirá conocer las obras donadas a la institución por Juan y Marina, dos de sus hijos
Es casi como exponer en casa. Alejandro Mieres siempre tuvo una gran vinculación con el Museo Casa Natal de Jovellanos y el martes próximo se ... instala bajo sus rudos muros con esa obra abstracta que le hizo célebre entre los artistas asturianos de los siglos XX y el XXI. Las obras que este mismo año dos de sus hijos, Marina y Juan, han donado a la institución cultural gijonesa toman luz y se ponen ante la mirada pública para recordar, siete años después de su muerte, al gran artista nacido en Astudillo (Palencia) en 1929 que dejó su impronta en el arte asturiano.
Las obras donadas son diez óleos, otras tantas tintas y dos esculturas. Los óleos se fechan entre 1959 y 2006, lo que supone un viaje casi completo por toda su trayectoria. Lo mismo sucede con las tintas, puesto que en 1970 está datado uno de los papeles y el último, en 1995. Las dos esculturas son piezas raras, puesto que no fue ese el lugar artístico más común de Mieres. Se trata de una pieza exenta y otra creada para ir sobre la pared.
Con estas nuevas obras incorporadas a los fondos municipales se puede conocer en profundida la obra de Mieres, ya presente en el museo gijonés con anterioridad con siete obras, seis óleos y una tinta en concreto. Son buena parte de las piezas de la década de los sesenta y los primeros años de los setenta, aunque llega la donación mucho más cerca en el tiempo.
Entre las obras ya públicas destacan piezas como 'Primer cuadro monocromático' o el gran relieve negro titulado 'Cuenca'. Llama también la atención un óleo sin título fechado en 1959 y en el que el artista se acerca al monocromatismo. Otras de gran relevancia son el gran cuadro rojo de 1984 o 'Paisaje africano, homenaje a la ONU' de 1996. El conjunto de tintas donadas permite advertir y apreciar la pericia alcanzada con esta técnica por el creador que llegó a Asturias en 1960.
Formado en la Escuela Superior de la Bellas Artes de San Fernando, allí se convirtió en profesor de Dibujo, oficio que ejerció en el Instituto Jovellanos de Gijón. Oteiza, Millares, Antonio Saura o Barandiarán influirían en un artista instalado en la abstracción y que siempre dejó a las claras su interés por la materia y la luz.
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