El Patronato de Laboral Centro de Arte elige el miércoles al nuevo director
Lo lógico es que se escoja al mejor puntuado entre los finalistas, pero no tiene por qué ser así y podría ser designado el segundo
Mañana es el día. A las nueve de la mañana está convocado el Patronato de Laboral Centro de Arte y Creación Industrial para elegir ... al nuevo director del centro, que habrá de sustituir a Pablo DeSoto tras el cese de este hace ya medio año por pérdida de confianza.
A mediados de este mes, el tribunal elegido para la ocasión realizó las entrevistas personales a los cuatro finalistas elegidos entre las 54 candidaturas que se presentaron a la convocatoria. La concejala de Cultura de Gijón, Montserrat López; el director general, Pablo León, tres miembros de la comisión científica (Roberta Bosco, María Castellanos y Jorge Fernández León) y la artista Concha Jerez como experta externa designada por la comisión evaluaron y puntuaron convenientemente las propuestas. Todo indica que el Patronato elegirá a la persona que ha obtenido la máxima puntuación, pero en puridad puede hacerlo entre los tres primeros. De hecho, en la última ocasión en la que se eligió director, cuando fue designado Pablo DeSoto, este no había quedado en primer lugar si no en el segundo de la lista.
Tendrá que afrontar el ganador el duro reto de seguir impulsando y ganando público para un espacio dedicado al arte digital y a las nuevas formas de creación más vinculadas a la ciencia. Es un lugar singular que cuenta con un prestigio a nivel internacional pero que aún sigue sin ganarse por completo al público asturiano.
En 2007 abría sus puertas el Centro de Arte bajo la batuta de Rosina Gómez-Baeza, experta en arte contemporáneo que llevaba veinte años al frente de Arco. En junio de 2009 se eligió entre 124 candidaturas de todo el mundo al parisino Benjamin Weil como comisario jefe y pasó a ser director artístico en 2011, cuando Gómez-Baeza dijo adiós. Dos años después asumió la dirección del Centro Botín, en Santander, que dejaría más adelante para tomar rumbo a Lisboa. La siguiente convocatoria eligió a Óscar Abril. En febrero de 2014 llegó al cargo y un año después era cesado y la cosa se iba al terreno de la demanda por despido improcedente que acabó con acuerdo entre las partes. La «falta de confianza mutua» propició su marcha y la llegada de Karin Ohlenschläger, una alemana afincada en España desde los ochenta que se ganó el cariño de todo el sector artístico asturiano. Ella se encargaba de la parte artística, y Lucía García, de la económica. Y ambas, a finales de 2021, con la finalización de sus contratos, recibieron la carta de despido. La razón crear un solo cargo para las dos áreas, la creativa y la pecuniaria. Ahí llegó Pablo DeSoto, que compitió con 68 candidaturas para hacerse con el puesto que ocupó hasta principios de febrero. Su caso está también en los tribunales.
El nuevo director habrá de hacer frente a esa leyenda negra que parece imposibilitar la estabilidad en la dirección pero también con los sinsabores que provoca un edificio con partes cerradas por problemas de humedades, presupuestos recortados y un déficit de personal notable, además de una plantilla dividida. Pero, al menos, los graves problemas económicos de antaño que exigieron aportaciones extraordinarias del Gobierno del Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Gijón para solventar las deudas pendientes ya están resueltos desde años atrás. Una nueva etapa está a punto de comenzar.
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