Juanra López

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Juanra López
Juan Villar es y no es su alter ego. Juan Villar es y no es un personaje autobiográfico. Lo que, sin duda alguna, sí es ... Juan Villar es su válvula de escape. Y la criatura que ha hecho salir al escritor que el periodista Juanra López (Madrid, 1973) siempre ha llevado dentro. Con 'Los amores improbables' bajo el brazo, que ya lleva su segunda edición pese a lo menos y nada que lleva a la venta, continúa una saga que nació con 'El fantasma de Rock Hudson' y que promete convertir en trilogía. Una en la que, al menos los fans así lo desean, Villar podría. o no, tener el final feliz de las películas del dúo Hudson-Day. Mientras piensa ya en ese destino para el hilo conductor de sus libros y en hacer un libro sobre folclóricas, López está en plena promoción de su segunda obra. El 5 de junio, a las 19 horas, lo presentará en la librería La Buena Letra, de Gijón, dentro del Aula de Cultura de EL COMERCIO.
-Acaba de sacarlo a la venta y ya lleva dos ediciones.
-Estoy muy feliz. Nunca escribes para uno mismo. Un escritor sin lectores no es nada.
-Firmar en la Feria del Libro de Madrid, ¿tocar el cielo con los dedos?
-Es muy gratificante. Firmé libros de mi primera editorial (Maluma), que aunque ahora esté con otra, (Agoeiro), me llevo muy bien. Estoy muy feliz, pero tengo que decir que me ha hecho muy feliz estar con el público en las presentaciones que ya he hecho (Madrid, Talavera de la Reina y Vigo), porque el público se lo pasó muy bien. Uno de los defectos que veo a las presentaciones es que algunas son muy sesudas y muy aburridas. Lo que intento es que sean coloquiales, amenas y que el público no se sienta excluido.
-Pero eso no significa que sus obras no sean sesudas, porque sí lo son.
-Bueno, no sé si sesuda es la palabra, pero desde luego 'Los amores improbables' es un libro que tiene muchas capas, muchas texturas y trata muchísimos temas. Lo que he pretendido con él es hablar de los temas que están en la calle, de las cosas que le preocupan a la gente: mercado laboral, subsistencia, vivienda, derechos civiles, la desigualdad entre hombres y mujeres... Pero, también, contarle al lector de donde venimos y lo que podemos perder. Por eso hay un plano contemporáneo y otro que se remonta 50 años atrás. Para mostrar como España ha evolucionado como país, cómo lo ha hecho el mundo y cómo puede estar todo en peligro de involucionar.
-En su libro hay una columna vertebral de esa historia que conforman Edelmira, 'la Fernanda', Jimena y Patricia, la sobrina de la cocinera.
-Es un libro muy de mujeres. Yo he vivido en un matriarcado, en un mundo de hombres muy machistas en el que las mujeres no tenían ningún derecho. Las mujeres de esa época eran todas muy buenas actrices, porque tenían que fingir en casa, en la cama, en todo para sobrevivir.
-El personaje de Patricia es una radiografía de muchas jóvenes de hoy, que no saben que tienen derechos gracias a las Edelmira que antes hubo y que, incluso, los están poniendo en peligro.
-Es que, en realidad, entre esos personajes, los del pasado y los contemporáneos, tampoco hay mucha diferencia en cuanto a las posibilidades que tiene. Vive en una sociedad en lo que se ha avanzado mucho, pero en lo económico está volviendo al pasado. El ascensor social no funciona, la pobreza y la riqueza se heredan. Patricia quiere ser famosa, como muchas hoy, pero como no tiene ni los contactos ni los apellidos lo tiene difícil.
-Tampoco tiene el interés en formarse. Cree que con ser guapa lo tiene todo hecho.
-Ya lo cantaba Rocío Dúrcal: 'Tengo 17 años, qué enfermedad, cuando cumpla 18, se me pasará'. Creemos que la juventud va a durar eternamente y, además, creo que ahora se crean ilusiones a través de las redes sociales. Parecen atajos para llegar a cosas, pero la vida, desgraciadamente, es mucho más difícil de lo que parece. Si tú no has logrado poner cimientos a tu vida, cuando pase tu juventud quizás encuentres un vacío muy grande. Me parece muy peligroso, no hay que generalizar, pero hay mucha gente joven muy desanimada, desapegada de la política porque no creen en ella, muchos con carrera, pero sin trabajo.
-Juan Villar, que es y no es autobiográfico, rechaza la maternidad subrogada. Para ser un hombre gay, parece una posición muy valiente en estos momentos de redes sociales desquiciadas.
-Es que estoy completamente en contra de la gestación subrogada. No es ningún derecho de la comunidad LGTBI. Ni del colectivo ni de nadie. La maternidad no es un derecho. A mí me parece una explotación económica. Creo que en esta vida hay que aprender a frustrarse. Si no puedes ser padre o madre, existe la adopción. Creo que hay muchísimos niños que necesitan un hogar. La gestación subrogada es un ejercicio de egoísmo, de querer perpetuar tus genes y de no importarte nada que en ese proceso se pueda poner en peligro la vida de una mujer y, sobre todo, su salud mental.
-No solo el colectivo LGTBI, también hay mujeres que han recurrido a esa práctica.
-Sí, actrices de Hollywood como Sarah Jessica Parker y Nicole Kidman. Es una práctica de personas ricas para seguir explotando a mujeres pobres. Pero volviendo a Juan Villar, no es autobiográfico ni es el protagonista de la novela, sino es una excusa para presentar a Jimena. Juan me sirve para mostrar muchas de mis ideas. Y Jimena, para mostrar las que rechazo.
-¿Quién no ha tenido una Jimena en su vida? ¿Cuántas ha habido en la suya?
-Yo he tenido unas cuentas. Está inspirada en una persona real, que me hizo ghosting, de la cual no sé nada más. Era una persona sin formación para ocupar un cargo de alta dirección, que consiguió en tiempo récord por sus contactos. Hay muchas personas así. Que no tienen formación, que ocupan cargos por sus apellidos compuestos, pero luego el trabajo se lo hacen quienes tiene debajo.
-Dice que se ha librado del síndrome del impostor.
-Escribir es muy gratificante, pero la gente debe saberlo: no ganas nada. (Risas). Es una labor altruista. Es un proceso en el que te sientes tan realizado, juegas a ser creador, te sientes con una libertad que no tienes en tu vida cotidiana.
-Ojo, que usted ha dicho que algunos personajes no han tenido el final que usted había pensado.
-Es que voy escribiendo según me pasa por la cabeza. Yo tengo un planteamiento y, luego, echo a caminar. Luego me cuesta mucho armarlo. Tienes que hacer un ejercicio de humildad, porque igual tienes que tirar a la basura cincuenta folios, pero al final quedo muy contento con el proceso.
-Apunta a trilogía. ¿Tendrá Villar el final feliz de las películas de Rock Hudson y Doris Day?
-(Risas) No me gustan los finales cerrados... En el tercero no será protagonista, pero sí adelanto que será uno de los personajes femeninos de 'Los amores improbables'.
-No le tiro de la lengua, pero 'la Fernanda' merece libro propio.
-(Risas) No voy a decir más nada. Bueno, sí, que estoy escribiendo un libro de no ficción sobre folclóricas.
-¿No se arriesga mucho?
-No, va a ser en un tono muy relajado. No pretendo que sea una historia de la copla ni nada parecido. Va a ser un libro muy coloquial, de anécdotas que he vivido o he conocido, algunas que están muy olvidadas. Va a ser un libro muy divertido.
-¿Y lo presentará en El Aula de Cultura de EL COMERCIO?
-Por supuesto. Estoy feliz en Gijón y en Asturias.
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