«Nuestros directos son viajes emocionales»
La banda nacida en Turón ensaya en el estudio gijonés Espacio Local y vive inmersa en su Gira Estática del Barjola
P. A. MARÍN ESTRADA
Viernes, 18 de junio 2021, 04:24
Jandro Llaneza (Turón, 1974) y su amigo Ángel Parrilla se criaron en dos casas frente a frente de la misma calle. Juntos compartieron enredos de ... críos y deseos de juventud. Luego Ángel decidiría abandonar el camino. Su compañero nunca olvidó una frase de la película 'Leolo' de Jean Claude Lauzon que habían visto fascinados los dos: «Porque sueño no estoy loco». En 2002 cuando Llaneza creó con otros cómplices la banda Losone, la impronta de ese filme y del amigo perdido marcarían para siempre el tuétano del proyecto. Ahora, un cuarto de siglo después del salto al vacío de aquel, el grupo ha querido cerrar el círculo de la deuda pendiente con 'El silencio del tiempo', un álbum homenaje con cuatro temas escritos por Llaneza que se presenta en distintos formatos: un mediometraje, un libro-objeto y la exposición 'La gira estática' en el Museo Barjola de Gijón.
«Teníamos las canciones y la idea era grabarlas en un disco, pero pensamos ¿por qué limitarnos a ese formato? La forma de escuchar música ha cambiado y ser independientes de verdad, porque no vivimos de tocar, nos permite hacer lo que queramos», explica el músico. El resultado ha sido un disco-libro ilustrado por Goyo Rodríguez, con textos de Xandru Fernández, Ricardo Menéndez Salmón y Parrilla, que a través de una aplicación de realidad aumentada creada por Arawake ofrece una nueva manera de escuchar las canciones y visualizar los contenidos. La experiencia da otra vuelta de tuerca en el Barjola: «El concepto de gira estática alude a este espacio que ocupamos durante un tiempo para hacer varias actividades, y a que giramos sobre la misma idea, la memoria de Ángel. Es un proyecto vivo que seguirá creciendo», revela.
Losone son Dani Álvarez, voz y guitarra; Juan Ponte, guitarras y teclados; Naomi Suárez en la viola, Jandro Gallego a la batería y Llaneza en el bajo. El cierre del círculo en sus orígenes les ha servido para reafirmarse como banda ajena a las concesiones: «Las formas de trabajar en cada disco fueron diferentes pero sin perder la esencia. Estuvimos varios años sin salir a la luz y eso nos permitió lograr un sonido nuestro, con el que no buscábamos parecernos a nadie ni negar ninguna influencia, también la capacidad que tenemos de combinar la intensidad con música muy arreglada y con muchas capas», afirma el turonés. El directo define tanto la identidad del grupo como sus canciones y cada concierto es una vivencia única: «Dani se encarga de crear el paisaje: entrar con un tema, pasar a otro de medio tiempo, luego un subidón y nuevo descanso. Las mezclas son viajes emocionales».
Una sala del estudio y galería Espacio Local es el lugar de trabajo de la banda. «Es nuestro sitio de quedar, ahí tenemos el equipo. Antes echábamos muchas horas, los propios temas surgían de ese fluir tocando. Ahora la vida no nos lo permite, nos hemos vuelto más pragmáticos y aprovechamos el tiempo. Llegamos primero a sitios que antes tardábamos y a la vez no tenemos prisa por acabar un tema. Es otra libertad de ser independientes y tocar solo porque nos 'presta'», zanja.
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