Gijón incorpora a sus 'Archivos de artistas' el fondo documental de la pintora Trinidad Fernández
Incluye un conjunto de dibujos de su primera época de gran valor artístico y que permite conocer cómo elaboraba sus obras pictóricas
M. F. ANTUÑA
GIJÓN.
Domingo, 6 de agosto 2023, 01:45
Lleva años el Museo Casa Natal de Jovellanos empeñado en atesorar y poner a disposición de los investigadores los archivos de destacados artistas asturianos. ... Porque, más allá de su obra pictórica, ese legado que se conserva y se admira, está todo lo demás, lo que relata su vida, cuenta su obra, su pericia y su peripecia por el siempre complicado universo del arte. Si ya en su poder se hallan todos esos materiales de 35 creadores, entre ellos Nicanor Piñole, Aurelio Suárez, José María Navascués, Joaquín Rubio Camín, Pelayo Ortega o Antonio Suárez, que precisamente ocupa en este momento las paredes de la casona de Cimadevilla con una exposición conmemorativa del centenario de su nacimiento, ahora llega una nueva invitada.
El proyecto 'Archivos de artistas asturianos', que así se ha bautizado, acaba de incorporar la documentación sobre la pintora Trinidad Fernández (Avilés, 1931-Madrid, 2022), un personaje muy singular y poliédrico de la plástica con una vida azarosa y una extraña relación con su Asturias natal.
El fondo documental recién incorporado incluye, además de los catálogos de exposiciones, un detallado archivo hemerográfico con presencia de buena parte de las críticas que se hicieron sobre sus muestras, así como diversa documentación. Tiene un interés muy especial el archivo fotográfico realizado por la propia pintora para documentar su obra, que incluye todos los datos sobre las pinturas, lo que permite rastrear de manera exhaustiva toda su trayectoria. Y ese camino vital y plástico fue largo y prolijo, como lo fue su propia existencia, marcada en la infancia por la tragedia familiar; más adelante, por el éxito y el reconocimiento de su trabajo, y al final, por un cierto olvido del que este mismo año ha sido rescatada con una exposición antológica que sobre ella se realizó en el Centro Municipal de Arte y Exposiciones (CMAE) de Avilés.
En ese fondo se incluye un conjunto muy destacado de dibujos, algunos de su primera época, croquis y anotaciones sobre los que la pintora trabajaba para componer sus pinturas. Se alían aquí el valor puramente artístico de esas piezas con el documental, que permite conocer su proceso creativo. «Se trata de un fondo de gran interés para la colección del centro de documentación del museo en el contexto del programa de 'Archivo de artistas asturianos', al suponer la incorporación de una pintora de su talla e importancia en el contexto asturiano de la segunda mitad del siglo XX», apuntan desde el museo.
El viaje vital y plástico
Fue el XX un siglo de guerra civil en España, que fue enormemente cruel con ella. Su padre murió fusilado en Avilés y ella huyó con su madre embarazada, encontró refugio en Francia, Suiza y Barcelona antes de perder también a su madre y regresar a Asturias junto a su hermano. En ese retorno se gestó su amor por el arte de la mano de Paz Fernández, esposa de Justo del Campo y del Castillo, hijo de la pintora Carolina del Castillo. Se enamoró de la pintura en la casa que la acogió y de forma autodidacta fue configurando su personalidad pictórica la mujer que habría de hallar en su camino al polifacético artista Joaquín Rubio Camín (Gijón, 1929-2007). Con él se casó y con él se fue a Madrid con 22 años en 1953. Él y Antonio Suárez fueron claves en su devenir creativo. De Camín se separó y mientras él decidió volver a Asturias, ella se quedó en Madrid, donde murió en 2022.
Su pintura primigenia, figurativa, naif y colorista, evolucionó hacia la abstracción, primero lírica, la de los años 60, que acabará siendo dramática y violenta años después y antes de involucrarse en un realismo crítico capaz de coser ternura y sarcasmo. También se sintió cómoda en el retrato y personajes tan conocidos como Gloria Fuertes, Josefina Aldecoa, José Luis Borau o José Luis Sampedro se asomaron a sus lienzos.
Formada en el Grupo Joven Pintura Gijonesa, su primera muestra, una colectiva, tuvo lugar en 1953 en la Universidad de Oviedo. En 1956, embarazada, viajó a París becada por el Ministerio de Educación de España y, al año siguiente, participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes, donde obtuvo la Tercera Medalla. Luego, exposiciones colectivas y certámenes, como las bienales de Venecia (Italia, 1968) y Sao Paulo (Brasil, 1969), y muestras en diferentes lugares. Fue en 2013 cuando, en la galería gijonesa Gema Llamazares, se pudo ver su última muestra.
Se da la circunstancia de que, este mismo año, el museo se hizo con una obra de Trinidad Fernández. Se trata de 'Montmartre', una pieza correspondiente a su etapa parisina, cuando se instaló en la capital francesa junto a Rubio Camín, que se expuso en 1958 en el Ateneo de Madrid. Es esta la segunda obra de la autora en los fondos pictóricos de Gijón, puesto que el museo poseía ya una estampa rural con su rúbrica.
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