«Hacer un texto de Delibes es casi como enfrentarse a un Shakespeare»
Javier Gutiérrez, Actor ·
El actor nacido en Luanco llega esta tarde a Avilés y pasado a Langreo con la adaptación de 'Los santos inocentes''Los santos inocentes', la magistral obra de Delibes, se hace teatro. Javier Hernández-Simón dirige un texto adaptado por él mismo junto al fallecido ... Fernando Marías que protagonizan Javier Gutiérrez, Yune Nogueiras, José Fernández, Pepa Pedroche, Marta Gómez, Raquel Varela, Fernando Huesca, Luis Bermejo y Jacobo Dicenta. Gutiérrez, el actor nacido en Luanco y criado en Galicia, da vida a Paco 'el bajo' y está feliz de volver a este norte en el que refresca. Este viernes estará en el Palacio Valdés de Avilés y el sábado, en Langreo. El mes próximo, en Gijón.
-Miguel Delibes son palabras mayores.
-Sí. Habiéndome enfrentado a una adaptación que es escrupulosamente fiel a la esencia de 'Los santos inocentes', me he dado cuenta de que es casi como enfrentarse a un texto de Shakespeare. El lenguaje es bello, es hermoso, es descarnado y da mucho gusto poder decir por boca de los personajes las palabras de Delibes. La novela es un icono de nuestra literatura y era una osadía hacer una versión, pero Marías y Simón la han hecho y una de las grandes bazas del espectáculo es mantener ese nivel del lenguaje. Estamos viendo en cada función que la gente se emociona y disfruta del texto de Delibes.
-¿No impone un proyecto así?
-Impone muchísimo. Pero una vez sacudido el miedo, siempre nos preguntamos por qué nadie se ha atrevido antes a hacer una adaptación teatral. Es verdad que que Marías y Hernández-Simón han tenido el acierto de darle una forma de planteamiento, nudo y desenlance que hace más entendible el texto Delibes, que es fiel reflejo de la España que fuimos, somos y seremos. Se habla de ese miedo atávico al poder que sigue existiendo en esta España, donde también reina la miseria aunque más camuflada y edulcorada.
-¿Tan vigente es el texto?
-Sí. A mí me llama la atención que del régimen casi feudal de la familia señoritos de cortijo extremeño y la familia de campesinos que sirve sin levantar la cabeza y dar una voz a la sociedad que vivimos tú y yo no hay tanta diferencia. Nos roban a manos llenas, suben la luz, las hipotecas, la cesta de compra, y nadie dice nada, salimos a la calle para festejar éxitos deportivos, pero no cuando hay que reclamar derechos. La sociedad está anestesiada. En ese sentido, yo siento que formo parte de esa familia de 'Los santos inocentes'.
-Es una obra cumbre de nuestra literatura, pero además una película icónica. Su papel, Paco, lo hacía Alfredo Landa.
-La película de Mario Camus es una obra cinematográfica como hay pocas en cualquier cinematografía mundial. Y, sí, al principio daba un poco de susto, inevitablemente te van a comparar con grandes maestros como Paco Rabal, Juan Diego o Alfredo Landa, pero nos hemos acercado con tanto respeto al texto, con tanto cariño, hemos tratado de ofrecer nuestra propia mirada para sumar y no para tratar de equipararnos a esos iconos.
-¿No me diga que no acojona hacer un papel que ha hecho Landa?
-Uno está en este negociado para hacer cosas como esta. Me gusta asumir retos como actor y creo que uno tiene que batirse el cobre, aprender y enriquecerse.
-¿Un personaje así es de los que deja huella?
-Este espectáculo creo que es de los que uno va a tener muy en cuenta a lo largo de su carrera. Hacía años que no vivía la calidez del aplauso, lo emocionante que es el encuentro con el público. Me pasó con 'Alejandro y Ana', de Animaliario, en un momento político muy efervescente en este país, con la guerra de Irak y el 'Prestige', y había un abrazo entre compañía y público que creo que se vuelve a dar ahora. Desde otro lugar, para mí es muy emocionante, y equiparo este espectáculo al teatro popular. Se ha perdido un poco contar al público la realidad de nuestro país, de dónde venimos y de dónde somos. Yo por eso hago teatro, para enfrentarme a personajes como como este, decir el texto de Delibes y llevar a cualquier rincón la cultura.
-Se le ve con ganas de gira...
-Mira, no sabes lo que es después de tanto confinamiento, y eso que yo no he parado, volver a conectar con el público. No hay nada como la experiencia del directo.
-Usted lo ha dicho. No para. Parece que solo trabajan usted y Antonio de la Torre.
-No es cierto, pero el trabajo retraolimenta al trabajo, cuando te ven te quieren ver más. Uno trata de restar tiempo a asuntos personales para dedicárselo a asuntos profesionales, no siempre es fácil conciliar y eso a veces pasa factura, pero la gente que me quiere y me conoce sabe de mi pasión por este oficio.
-Anda rodando una película.
-Sí, 'Hooneymoon', una película independiente y muy ambiciosa en lo que cuenta, del realizador gallego Enrique Otero, con un gran reparto. Es una 'road movie' en la línea de los hermanos Cohen y ojalá que nos salga bien, porque el cine español necesita de películas pequeñas que cuenten historias extraordinarias de gente común.
-¿Qué va a pasar con el cine? ¿Sobrevivirá a las plataformas?
-No lo sé. Yo creo que va a sobrevivir igual que el teatro, pero el cine lo tiene más complicado. Ahora solo tienen cabida súper héroes, catástrofes o público familiar, y ese cierto tipo de cine, esas películas pequeñas, lo pasan mal porque cuesta mucho encontrar financiación y que luego el público se acerque a verlas. Luego está la irrupción de las plataformas, durante la pandemia han cobrado muchísima importancia. El tablero de juego ha cambiado. Antes un espectador podía salir al cine y ahora disfruta de una serie de forma maratoniana, se ha comprado televisores mejores, se ha adaptado a esa forma de vida. Esa es una de las cosas que nos han anestesiado y nos hemos quedado más en casa. Pero a la hora de disfrutar de la cultura, yo creo que las experiencias en directo tienen sentido y el público ha vuelto con ganas... Pero no sé cómo se puede volver a encauzar el cine, es harto complicado.
-El ministro Iceta dice que con la futura Ley del Cine se va a favorecer a esas producciones pequeñas.
-No he leído la letra pequeña, pero no parece que sea así, al final las producciones que cuentan con una plataforma o una televisión detrás van a salir beneficiadas. No entiendo esa forma de actuar, no sé qué va a pasar, pero sí es cierto que al cine de producción independiente le cuesta más financiarse y levantar la cabeza y va a tenerlo realmente crudo. Puede tender a desaparecer. No estamos protegiendo una parte de nuestro cine y es necesario hacerlo, como hacen los franceses.
-Hay poco cine, pero usted está ahí.
-Tengo varios estrenos, vas rodando y, cuando llega la hora de estrenar, se te acumulan. Está 'Modelo 77', en la que me reencuentro con Alberto Rodríguez después de 'La isla mínima', es una huida de la cárcel modelo de Barcelona en los 70, un thriller de fondo político y social. Luego tengo un 'remake' de una película israelí, muy en la línea de Tarantino, que se titula 'Lobo feroz', de Gustavo Hernández. Tengo un estreno con Carmen Machi, de Nacho García Velilla, a quien yo llamo el rey de la taquilla, porque lo que toca funciona. Es un maestro de la comedia y reencontrarme con Carmen ha sido un regalo. Y he hecho un capítulo de 'Historias para no dormir' con Salvador Calvo, que se titula 'El trasplante'.
-¿Viene con ganas de norte y de fresquito?
-Acabo de esta rondando en Galicia y no hay nada mejor que escapar de esas temperaturas de 40 grados. Ya no solo eso, es un placer volver a Asturias, donde me recibe tan bien el público, se come tan bien y se puede disfrutar de lugares maravillosos.
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