El arte de parar el tiempo
La artista da este 18 de octubre por finalizada su presencia en Llamazares Galería con 'La vida romántica', una invitación personal a observar el mundo desde la pausa
No hay nada más urgente en este mundo acelerado que hacer una pausa consciente. Parar el tiempo, abrir los ojos y observar, que no mirar, ... aquello que la vida ofrece cuando se contempla desde otro lugar. Y eso precisamente es lo que hace Juana García-Pozuelo (Logroño, 1978) en Llamazares Galería: abrir pequeñas ventanas a un universo soñado y etéreo.
En los lienzos de García-Pozuelo lo que vemos parece sencillo porque lo complejo se esconde detrás. Con delicadeza y acierto, consigue dibujar hogares donde la vida pasa despacio, donde se adivina un tiempo lento, una existencia sin prisas, un habitar lejos del ruido. En la exposición, una composición de pequeños lienzos apenas visibles en la distancia se despliega sobre una de las paredes como una hilera de claraboyas que respiran luz y memoria, compensando piezas más grandes en las que la artista extiende toda su fuerza pictórica y narrativa.
La atmósfera basta para transportar al espectador a un plano más sugerente y alejado de las urgencias modernas. Porque García-Pozuelo, como describe María von Touceda en su texto curatorial, «pinta lo que anhela». Y lo que anhela son vidas de romanticismo casi decimonónico donde la paz se encuentra «en edificios de gran belleza» en los que «sabe que disfrutaría con su taller, su jardín y su biblioteca». Y quién no. «La vida moderna obliga a hacer cosas todo el rato, la vida romántica regala tiempo para enmarañarse entre ideas, sueños y recuerdos».
Tiene un pincel preciso y miniaturista —gran parte de sus pinturas no son grandes formatos, sino todo lo contrario– y utiliza el color –apagado a veces, saturado en otras– como lenguaje emocional para llenar de significado estos paisajes urbanos donde logra que el realismo adquiera un perfil a veces onírico, a veces misterioso, siempre intrigante.
Completan la muestra otras piezas como el retrato sin rostro que se puede ver sobre estas líneas, en el que la naturaleza se desborda, viva y salvaje, y un pájaro, que aparece recurrentemente como en una especie de leitmotiv, se muestra como símbolo del anhelo de libertad.
'La vida romántica' ha sido el arranque de la temporada expositiva en Llamazares Galería tras participar con Juana García-Pozuelo en Artesantander el pasado julio. Ahora, en la sala gijonesa, las puertas de sus edificios están abiertas: entrar en su universo será posible hasta mañana, cuando sus lienzos se descuelguen de las paredes llevándose el misticismo de esta artista que exponía por primera vez aquí pero a la que, sin duda, volveremos a ver.
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