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El amor que borra las culpas

Viernes, 5 de diciembre 2025, 11:38

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¡Hay tantas obras perdidas o cubiertas de polvo en los estantes de las librerías y las bibliotecas del mundo! Pero, a veces, bien por ... azar o bien por el empeño de lectores o editores a quienes les gusta hurgar en el polvo, son rescatadas y puestas de nuevo a disposición de los lectores en los estantes de siempre jamás. Este es el caso de 'El señor Bowling compra un periódico', una novela de un autor que vivió pocos años y que tiene una obra poco reconocida y nada significada. Donald Henderson (1905-1947) nació en Londres y fue oficinista y actor y, en el tiempo de la guerra, trabajaba en el equipo de la BBC. Escribió algunas obras de narrativa y teatro bajo seudónimo y fue con esta novela, en 1943, cuando decidió publicar con su nombre. La obra tuvo repercusión, es decir, buenas y malas críticas, pero fue llevada al teatro y a la televisión. 'El señor Bowling compra un periódico' no es tanto una novela negra al uso como la plasmación narrativa de una tesis sobre la imperiosa necesidad del amor y su extraordinario poder de redención. El protagonista es un hombre triste y mediocre que arrastra con desesperación su frustración como pianista y como marido y sufre distorsiones de la realidad y otros desequilibrios mentales de los que él no es consciente, ni tampoco quienes lo rodean. Es un hombre educado, religioso y correcto, pero se siente desplazado y frustrado, se siente insignificante. En realidad, quisiera acabar con su vida, pero es demasiado cobarde, y decide terminar, pero sin motivo alguno, con la vida de otros. Mata como un impulso de autodestrucción, pues no hace nada para que no lo descubran e, incluso, en el fondo desea que lo hagan. Pero tras el último de sus varios asesinatos todo cambia, porque aparece el amor, y lo hace de una manera muy freudiana y muy simbólica, y el amor es capaz de borrar todas las culpas. El ritmo de la novela es trepidante, pero sin vértigos; la expresión es cuidada y correcta, pero sin concesiones poéticas; la personalidad enferma del protagonista está bien construida y asombra la manera que tiene el autor de reflejarnos la banalización del mal. No soy lector habitual de la llamada «novela negra», pero sí aprecio estas singularidades que a veces se publican de obras que en el fondo no pertenecen a ningún género específico, pues hablan de la triste soledad, del trágico fracaso y del sueño del amor, como la mayoría de las obras de la literatura universal. Antes de su muerte prematura Donald Henderson publicó otra novela (Adiós al asesinato) con argumento muy en la línea de la anterior, aunque en esta ocasión la protagonista es una mujer, una aburrida ama de casa, oprimida por su marido y dominada por su suegra, que hará cualquier cosa por escapar de su triste situación, incluido el asesinato.

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