Ana Merino: «La pandemia ha reforzado la idea de que lo que nos salva es ayudarnos unos a otros»

Ana Merino (Madrid, 1971) presenta hoy en la Semana Negra de Gijón, de la mano del Aula de Cultura de EL COMERCIO y acompañada por Manuel Vilas (Antiguo Instituto, 19 horas, en directo por la web del periódico), su novela 'El mapa de los afectos' (Destino, 2020), con la que obtuvo el Premio Nadal 2020. Merino, que confiesa que su siguiente obra será también una novela, participará además en una mesa homenaje a Ursula K. Le Guin y en una velada poética.

-'El mapa de los afectos' se presentó en febrero y en marzo nos confinaron. ¿Qué sintió?

-Una honda preocupación, eso fue lo primero que sentí. En enero estaba en Iowa y en febrero me vine a España para hacer la gira de la novela. Ya entonces estaba muy preocupada por las imágenes que nos llegaban de China o Italia. Lo viví con mucha angustia. Piensas en tu familia, dónde aislarte, que todo el mundo tenga acceso a alimentos...

-¿Y la parte editorial?

-El libro había arrancado muy bien. He tenido reseñas muy generosas, estoy muy agradecida, y tenía ilusión por ir a ferias, hacer mis dibujos... pero la vida te lleva por otros lugares y hay que priorizar. Lo importante era y es que salgamos todos adelante.

-Durante el confinamiento, la literatura ha sido una tabla de salvación para muchas personas.

-La lectura ha sido fundamental. Tiene algo de redentor, porque es uno de los pocos espacios que estimula, al ser un esfuerzo activo, tu cerebro. Elaboras pensamientos para construir la abstracción de lo que estás leyendo.

-Tras la experiencia vivida, ¿hemos cambiado? ¿Nos hemos convertido en mejores personas?

-Creo que ha salido un esfuerzo comunitario muy importante. Hemos dado grandes respuestas y muy positivas. Hemos adquirido una sensibilidad distinta; una percepción del lugar del que todos formamos parte. La idea de que lo que nos salva es ayudarnos los unos a los otros. La generosidad, la bondad de la gente es algo que yo valoro mucho.

-La bondad es muy importante en 'El mapa de los afectos'.

-Lo es. La bondad es sentido de responsabilidad. Un sentido crítico a la hora de reaccionar y actuar al lado de los demás, y que nos dice que somos importantes. La idea de bondad es una idea muy compleja, pero es lo que hace que el mundo funcione.

-¿Es la imaginación un buen lugar para refugiarse?

-Cuando el tiempo presente es inmóvil y, además, no se sabe hacia dónde va, queda el espacio de la memoria y de la imaginación; y el de la literatura. El esfuerzo mental de la lectura te permite transformarte en una forma precisa y estimulante. En la literatura está el pensamiento crítico y tienes la posibilidad de reflexionar sobre lo que estás leyendo. Es un buen refugio.

-La Cultura ha estado muy presente estos últimos meses, ¿y ahora?

-Hay que recuperar el interés por la cultura; el interés por valorar uno de los pilares de nuestra sociedad. Es una cuestión de educación. Vemos cómo Francia o Alemania han reaccionado al respecto. Allí son conscientes de que el sustrato que queda a lo largo de los siglos es cultural. La labor de los políticos es muy importante. Darse cuenta de que hay que apoyarla plenamente y educar es fundamental.

-¿Cambiará la literatura después del coronavirus?

-No cambia, es evolución, sobre todo en esa literatura que se alimenta del presente. Lo que pasará es que se incorporará esta experiencia. Evolucionará porque la literatura está en continua evolución.

-¿Seguirá escribiendo novelas?

-Sí. Me apetece. Mi siguiente trabajo es también una novela.