Borrar
Manuel Vilas llegó ayer a Gijón para participar en la Semana Negra. CAROLINA SANTOS
Manuel Vilas: «Por fin, de esta huerta en la que llevo trabajando toda la vida, salen tomates»

Manuel Vilas: «Por fin, de esta huerta en la que llevo trabajando toda la vida, salen tomates»

Manuel Vilas. Escritor, autor de 'Alegría', finalista del premio Planeta ·

Preocupado ante la situación actual, el escritor aragonés anuncia que su próxima novela «tendrá como telón de fondo la pandemia»

VERÓNICA GARCÍA-PEÑA

GIJÓN.

Viernes, 10 de julio 2020

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Manuel Vilas (Barbastro, 1962) acude a la Semana Negra de Gijón para presentar de la mano del Aula de Cultura de EL COMERCIO su última novela, 'Alegría' (Planeta 2019), con la que quedó finalista del Premio Planeta 2019, y que, como la exitosa 'Ordesa' (Alfaguara, 2018), camina por la autobiografía. Dichoso de poder, al fin, vivir de la literatura, también participará mañana, junto a Ana Merino y Luis García Montero, en una velada poética.

-¿Cómo ve la nueva realidad?

-Me parece una catástrofe y estamos solos en la mitad de la película. Me genera una gran preocupación -de hecho, mi siguiente novela tiene como telón de fondo la pandemia-, y lo voy a decir de una manera muy expresiva y coloquial: esto es una mierda. Cumplo todos los mandatos sanitarios a rajatabla, pero no puedo dar por bueno que la vida vaya a ser esto.

-Viene a una Semana Negra diferente. ¿Qué siente al ver que hay eventos culturales que vuelven a ponerse en marcha?

-Valoro mucho que la Semana Negra se celebre. Me parece excepcional que, tomando todas las medidas sanitarias, se haya dado el paso de hacerla. No es una Semana Negra como otras. He estado en convocatorias anteriores y si hay una palabra que las definía era alegría; como el título de mi novela. Esta, en cambio, es de supervivencia.

-En 'Alegría', usted nos invita a buscar esa verdad que nos acerca a la felicidad. ¿Es eso posible?

-Hay dos valores morales en la sociedad actual que trato en la novela: felicidad y alegría. La felicidad es una construcción social dictada por unas leyes sociales que cambian según el momento. La alegría es algo más humilde y primitivo. Un sentimiento relacionado con los valores ancestrales. La pandemia nos ha revelado que ese sentimiento es más importante de lo que creíamos. Pasear, el sol, abrazarnos, un beso...

-Cosas a las que no prestábamos atención porque siempre estaban ahí.

-Claro. Antes considerábamos que era mejor tener un Ferrari a dar una abrazo a una persona y ahora... Ahora no sé qué vamos a hacer con el Ferrari.

-Y el éxito, ¿puede llegar a matar esa alegría?

-Los valores sociales del capitalismo son la búsqueda del éxito, aunque del capitalismo nadie está libre. Es una bestia muy compleja y, fuera de ella, solo hay una cabra y una mandarina. Hay que criticar el capitalismo, por supuesto, pero con análisis más hondos por parte del mundo intelectual.

-Durante el confinamiento, parecía que se iba a repensar el modelo.

-Eso sí que me parece interesante. La socialdemocracia, después de la II Guerra Mundial, lo hizo y tuvo mucho éxito. Dijeron: dejemos que el capitalismo produzca riqueza y, después la redistribuimos para que todo el mundo pueda vivir bien. Pero esta socialdemocracia, adoptada incluso por la derecha, con la crisis del 2008, se vino abajo.

-¿Está la cultura recibiendo las ayudas necesarias para salir adelante al igual que otros sectores?

-Este país tiene un problema grave con la cultura. Un problema histórico que es la falta de reconocimiento a un sector estratégico. El estado cultural y el de bienestar van unidos. Películas, exposiciones, educación, libros... Yo creo que el problema no es de gobierno. Es de una sensibilidad histórica de falta de relevancia de la cultura. En España la profesión del escritor es dificultosa y, a veces, imposible.

-¿Y por qué España no tiene escritores profesionales o tiene muy pocos?

-Porque los escritores son malos, dicen algunos, lo que es un análisis perverso. Si España no tiene escritores profesionales, la culpa no es de los escritores. La culpa es del país. ¿Por qué Alemania o EE.UU sí los tienen? Allí no genera ninguna sospecha serlo y decirlo. Son países lectores. Aquí no hay una sensibilidad que genere sintonía y simpatía hacia el sector cultural.

-Después de un fenómeno literario como 'Ordesa', ¿sintió vértigo al presentar 'Alegría'?

-Sí, pero entendía que estaba en un momento muy bueno. Yo soy muy de pueblo, muy de sentido común, y lo que vi fue que era mi momento de profesionalizarme y vivir de esto. Tengo 57 años y llevo toda la vida con la literatura, y ahora puedo decir que por fin puedo vivir de la literatura. Por fin, de esta huerta en la que llevo trabajando toda mi vida, salen tomates.

-Para terminar, explique a los jóvenes lectores, anímeles, ¿por qué deben leer 'Alegría'?

-'Alegría' es una novela sobre la vida, sobre amor a la vida. Lo que plantea es muy sencillo: pase lo que pase, tengas delante la infelicidad, la adversidad, todos los horrores que te puedan tocar en esta vida, tienes una obligación moral y un derecho que es la alegría y que el éxito es estar vivo. Y ese éxito hay que celebrarlo todos los días.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios