«Un gran hombre, leal a la amistad y de buen corazón»
Graciano García, impulsor de la Fundación Princesa de Asturias, recuerda al escritor como un buen amigo de «capacidad literaria indiscutible»
Las letras están de luto. Se ha ido Mario Vargas Llosa, una de las grandes voces de la literatura hispanoamericana. Era el último del ' ... boom' del pasado siglo, una generación que dio autores como García Márquez o Cortázar, y su legado, como el de sus compañeros, será indudablemente recordado por todos.
Entre los que ayer expresaron su pesar por la pérdida de uno de los grandes se encuentra Graciano García, quien fuese fundador de la Fundación Príncipe de Asturias, gran admirador del escritor. «Nos hicimos muy amigos porque era un hombre, sobre todo, leal a la amistad y de buen corazón, además de tener una capacidad literaria indiscutible». De las vivencias compartidas, el periodista y poeta destaca «una anécdota inolvidable»: durante una cena, Vargas Llosa consiguió convencerle para que dejase de fumar. «Y de eso no me olvidé nunca. Siempre que nos encontrábamos yo le decía que qué bien que me había salvado la vida. Y se reía y me preguntaba: '¿Pero sigues haciéndome caso?' Y yo le decía que sí. Entonces se alegraba mucho y me felicitaba», contó.
La actual directora de la Fundación, Teresa Sanjurjo, también quiso compartir su pesar por el adiós al que considera un «ejemplo de autor consagrado a la escritura, con extraordinarias dotes para la fabulación literaria», además de una «obra rica y variada, reflexiva y densa, que lo ha convertido en uno de los maestros de la literatura contemporánea».
«Ha legado para la eternidad una obra monumental que es y seguirá siendo referencial para numerosos lectores de todo el mundo», alabó Vanessa Gutiérrez, consejera de Cultura, quien recordó que antes de recibir el Premio Príncipe, Asturias «ya se encontraba entre las coordenadas de su mapa sentimental por ser el lugar de origen de su admirado Leopoldo Alas 'Clarín'. Una conexión que prende dos grandes nombres de la literatura universal para hilvanar las costuras de la novela del siglo XX».
Nos queda su herencia
Desde la Asociación de Escritores de Asturias lamentan la que ha sido «una gran pérdida», pues «no hay espacio para todos sus premios y galardones». Su presidenta, Esther García, añadió que, afortunadamente, «nos queda su herencia literaria. Yo creo que, como ya decía el poeta Horacio, no morirá del todo. Su extensa, intensa, diversa y profunda obra nos va a quedar aunque él se vaya». «Es uno de los más importantes de la literatura hispanohablante desde 'La ciudad y los perros', que fue la primera que leí, hace muchos años, y que ya entonces me impactó», reconocía.
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