«El arte no debería ser una competición, tendría que unirnos»
La mezzosoprano gijonesa Serena Pérez participa en el concurso internacional Tenor Viñas, que se celebra esta semana en Barcelona
ANA RANERA
GIJÓN.
Viernes, 22 de enero 2021, 01:58
Los nervios estaban a flor de piel sobre el escenario del auditorio del Conservatorio de Barcelona. 500 cantantes habían soñado, durante semanas, con conseguir pisar ... sus tablas para batirse en el concurso internacional de canto Tenor Viñas, pero fueron muy pocos los que lograron hacerlo. Entre los afortunados, estaba la mezzosoprano gijonesa Serena Pérez quien después de superar una criba por currículum y de enviar varios vídeos se coló, con muchos esfuerzos, en la semifinal de este certamen. A esta categoría -a la que solo accedieron 37 aspirantes del medio millar que se había presentado inicialmente- únicamente llegaron otros dos españoles.
A sus veintinueve años, esta cantante asturiana se quedó a las puertas de la final -que se celebra hoy- pero aún tiene posibilidades de ganar alguno de los premios que se entregarán esta noche. Todo un éxito para alguien que aún está dando sus primeros pasos en la ópera. Hace solo un año estaba en Ámsterdam terminando sus estudios y, ahora, se está iniciando en este campo, en el que cree que los comienzos y este tipo de competiciones son «cruciales» para el devenir de su carrera. «Es parte de la profesión, cuando uno está empezando, estos concursos le dan mucha visibilidad. Es una forma de hacerte ver y, sobre todo de hacerte escuchar. Son como entrevistas de trabajo», señala.
Aunque sabe de la importancia de estas citas, Pérez considera que sería mejor aunar fuerzas en esta profesión y dejar de buscar contrincantes. «El arte no debería ser nunca una competición, tendría que unirnos», reflexiona. Pero las circunstancias del sector llevan a que apenas haya cabida para todas las voces nuevas que se alzan y que luchan por abrirse camino. «Somos muchos los jóvenes que queremos vivir de la ópera, pero hay muy poco trabajo, así que el panorama es difícil», indica.
Difícil, pero no desalentador porque ella se niega a rendirse y seguirá peleando como siempre ha hecho por hacer realidad su sueño. Especialmente, se dejó la piel esta semana en sus audiciones en Barcelona. «Viví el concurso con bastantes nervios, porque en el jurado están directores artísticos de teatros muy importantes tanto de España como de otros países», apunta. Y no solo imponían los que se situaban enfrente, también los rivales que la rodeaban. «Te mides con otros muchos cantantes de todo el mundo, con lo cual, son nervios por partida doble», explica. Pero ella intenta utilizar esa adrenalina con la que convive a su favor: «Los músicos tenemos que usar esos nervios para hacer la música aún más intensa».
Serena Pérez no cantará hoy en la final, pero no logra despojarse de esos nervios porque pasa estas últimas horas antes de la noche con la esperanza de llevarse un premio de los que otorga el Tenor Viñas. Se lleve o no algún galardón de esta experiencia, ella la termina «muy satisfecha de lo que canté», sintiendo que «no pude hacerlo mejor».
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