«Somos capaces de conectar con el alma y el corazón de quien nos escucha»

–¿Qué sienten cuando se suben a un escenario?

–Vincent Balse: en mi caso, como pianista y conductor de orquesta, el escenario es mi casa, estoy prácticamente todos los días actuando. Lo que es diferente en esta gira con Bridget es el tipo de música. Cada concierto es distinto con ella, porque es una música de tradición oral. Yo tengo que estar muy atento a lo que proponen las cantantes para seguir detrás de ellas.

–Bridget Bazile: La diferencia con la clásica es que, aunque la música es un lenguaje universal, lo que se genera de cara al público aquí es otra cosa. Con el góspel la conexión parte del corazón. La felicidad de compartir el mundo anima a bailar, a corear, a ponerse de pie, a dar palmas... Eso no pasa en la música clásica.

–¿Cuánta influencia tiene su lugar de nacimiento en la forma de aproximarse a la música?

–Bridget: Mis raíces afroamericanas y mi forma de entender el mundo están ahí. La lucha de mis ancestros por la libertad, por la victoria de conseguirla, entender la injusticia, ser fiel a mi herencia a través de la música que ellos cantaban...

–Vincent: Yo nací con los compositores europeos clásicos sonando a mi alrededor, los escucho desde los siete años, así que esa influencia es muy potente: Bach, Mozart, Beethoven, Chopin... pero también tengo origen afroamericano por parte de padre, y esa es la música que él escuchaba en casa. Cuando tenía 17 años encontré a un productor de Nueva Orleans que me invitó a viajar allí. Durante quince años viví en Estados Unidos, y todo eso también se me quedó dentro. Este productor era amigo de Bridget, tocaban mucho juntos, y me invitó a colaborar con ella. Desde entonces, hace ya quince años, actuamos juntos por todo el mundo.

–Estamos casi en Navidad. ¿Es momento de góspel?

–Vincent: hacemos muchos conciertos por Navidad, así que hemos incluido canciones que son típicas de estas fechas. También es cierto que nuestro repertorio se nutre generalmente de canciones que celebran a Jesús, a su nacimiento, tienen mucho sentido en este contexto.

–¿Podría decirse que se siente uno más cerca de Dios cuando la música contagia al público?

–Bridget: Creo que pasa. Incluso aunque cantamos en inglés, somos capaces de conectar a través de la interpretación. Es la grandeza de la música, que eres capaz de conectar con el público desde la sinceridad, desde la diversión que siente el intérprete.

–¿Creen que la música es una herramienta para hacer más felices a las personas?

–Bridget: Sin duda.

–Vincent: Así es, la música es el arte que más facilidad tiene para llegar a la gente. Es un lenguaje común, no necesitamos compartir idioma ni cultura, da igual en qué lugar del mundo estés, logramos conectar directamente con el alma y el corazón de la persona que escucha. Da igual que sea alegría, que melancolía, cualquier emoción puede llegar a transmitirse de una forma transparente.

–¿Cuántos conciertos llevan en esta gira?

–Bridget: Hemos actuado ocho veces en las últimas semanas, y nos quedan seis por delante.

–¿Alguna precaución especial para cuidar la voz?

–Bridget: Beber mucha agua, y cuidarse en general. También hacer ejercicio.

–Vincent: Parece que no, pero en mi caso el hecho de tener la música en la cabeza, todo el repertorio, y el recorrido mental que se realiza generan mucho cansancio. La dificultad está en mantener el ritmo muchos días. Pero es subirse uno al escenario y olvidarse de todo durante dos horas. Después volvemos a estar cansados (risas).

–¿Por qué hay que ver su concierto?

–Bridget: Quien venga a vernos debe ir preparado para pasar una tarde de diversión, recomiendo que entren al teatro con el corazón abierto y dispuestos a celebrar con nosotros.

–Vincent: Toda la música que vamos a proponer es de celebración. Así que en este concierto la gente se va a olvidar de todos sus problemas y disfrutar del momento. Es una locura deliciosa.